Lo realmente decisivo no es lo que nos ocurre, sino el modo como vivimos lo que nos ocurre.
Un mismo sufrimiento nos puede hundir o nos puede hacer crecer.
Es clave, por tanto aprender a vivir actitudes constructivas ante todo aquello nos hace sufrir.
Enrique Martinez nos propone seis formas :
Acógete a ti mismo.
Frente al autorechazo y la auto culpabilidad recíbete con bondad, de modo incondicional. Trabajando esta actitud, transformarás de forma positiva tu modo de vivir y empezaras a desplegárte en quien eres .
No niegues el problema ni te hundas.
Aceptarlo te conduce a la verdad , y verdad es lo que te duele , pero también
Es que tu eres más que eso que te duele.
Dialoga con tu niño interior
Debajo de todo malestar que se repite hay un niño asustado , enfadado y dolido , que reclama nuestra atención.
Un diálogo auténtico con ese niño interior debe basarse en la verdad de lo que estamos viviendo y lo que somos , en la humildad , la lucidez y el amor profundo.
Desdramatiza
Si no somos lúcidos ni humildes con el dolor, aparece la tentación de dramatizar, lo que nos vuelve impotentes ante el problema o sufrimiento.
La dramatización está vinculada a la angustia ante el futuro, a la obsesión, la paralización, la autocompasión y la depresión. Afronta el dolor y, si es necesario, busca ayuda y pon medios para tomar una distancia saludable y relajar la mente.
Traduce el malestar en dolor.
La huida ante el dolor es instintiva y se transforma en adicción (desde comer golosinas hasta
juzgar a los demás), que no es más que una huida del presente.
Por ello, la reeducación pasa, de nuevo, por vivir el presente y afrontar el dolor, sentirlo, pero sin reducirse a él.
Obsérvate desde fuera.
Debemos aprender a vivirnos como observadores a través de la práctica meditativa. Eso equivale a vivir despiertos, conscientes. Pues nuestra genuina identidad es libre, vital, alegre, amorosa, agradecida, compasiva, espiritual... Es gozo y plenitud.
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