EXTRACTO DEL LIBRO QUIEN SE HA COMIDO MI QUESO




Cuando dejas atrás tus temores ,te sientes libre
Haw se dio cuenta de que había permaneci­do prisionero de su propio temor. 

El hecho de moverse en una nueva dirección lo había libera­do.

Ahora notó la brisa fría que soplaba en esta parte del laberinto y que le refrescaba. Respiró profundamente y se sintió vigorizado por el mo­vimiento. Una vez superado el miedo, resultó que podía disfrutar mucho más de lo que hubie­ra creído posible.

Haw no se sentía tan bien desde hacía mu­cho tiempo. Casi se le había olvidado lo muy di­vertido que podía ser lanzarse a la búsqueda de algo.

Para mejorar aún más las cosas, empezó a formarse de nuevo una imagen en su mente. 

Se vio a sí mismo con gran detalle realista, sentado en medio de un montón de sus quesos favoritos, desde el cheddar hasta el brie. Se imaginó co­miendo tanto queso como quisiera y se regodeó con esa imagen. Luego, pensó en lo mucho que disfrutaría con estos exquisitos sabores.

Cuanto más claramente concebía la imagen de sí mismo disfrutando con el Queso Nuevo, tanto más real y verosímil se hacía ésta. Estaba seguro de que terminaría por encontrarlo.

Escribió entonces:


Imaginarme disfrutando de queso nuevo antes incluso de encontrarlo me conduce hacia él.

Haw siguió pensando en lo que podía ganar, en lugar de detenerse a pensar en lo que perdía.

Se preguntó por qué siempre le había pareci­do que un cambio le conduciría a algo peor. Ahora se daba cuenta de que el cambio podía conducir a algo mejor.

«¿Por qué no me di cuenta antes?», se pre­guntó a sí mismo.

Luego, siguió caminando presuroso por el laberinto, infundido de nueva fortaleza y agili­dad. Al cabo de poco tiempo distinguió un depó­sito de Queso y se sintió muy animado al obser­var pequeños trozos de Queso Nuevo cerca de la entrada.

Encontró tipos de Queso que nunca había visto con anterioridad, pero que ofrecían un as­pecto magnífico. Los probó y le parecieron deli­ciosos. Se comió la mayor parte de los trozos de Queso Nuevo que encontró y se guardó unos po­cos para comerlos más tarde y quizá compartir­los con Hem. Empezó a recuperar su fortaleza.

Entró en el depósito de Queso sintiéndose muy animado. Pero, para su consternación, des­cubrió que estaba vacía. Alguien más había esta­do ya allí, dejando sólo unos pocos trozos de Queso nuevo.
Llegó a la conclusión de que, si hubiera llegado antes, muy probablemente habría encon­trado una buena provisión de Queso Nuevo.

Entonces escribió en la pared:

CUANTO MÁS RÁPIDAMENTE TE OLVIDES DEL QUESO VIEJO,ANTES ENCONTRARÁS EL QUESO NUEVO.







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