VIVES EL PRESENTE ? TU PRESENTE


Por lo general no vivimos  el presente porque "hemos si educados y hemos aprendido a vivir 'distraídos', metidos en la vorágine de la actividad y del pensamiento, hasta el punto que hemos hecho de esa forma de vivir una segunda naturaleza  afirma Enrique Martínez Lozano, psico-terapeuta, sociólogo y teólogo y autor de Vivir lo que somos .

Por otra parte, Tolle achaca nuestra dificultad para vivir e presente al pensamiento: "El momento presente contiene clave de la liberación, pero no  puedes encontrarlo mientras seas tu mente".

 Nuestra mente vive  enredada en pensamientos referentes  a momentos que no existen, el pasado y el futuro; pensamientos nostálgicos o traumáticos  sobre lo que fue y pensamientos  ansiosos sobre lo que será.

 Para liberarte  de ellos: 
Céntrate  en lo que existe. 

El único  paso que posibilita cualquier construcción real es vivir el presente . Por este motivo debemos  domesticar y entrenar mente a través de la meditación . Vivir en el presente exige plena consciencia del momento que estamos viviendo. 

Emplea el poder de la calma.

Vive en presente, sin prisa, nos recomienda Enrique Martínez: "La prisa aparece como una escapatoria fácil, por lo que la mantenemos e incluso la potenciamos; pero en realidad es suicida, porque nos impide vivir".

Invierte tiempo en aquietar tu mente: es el único modo de vivir en el presente y con plena consciencia.

VIVE EN PROFUNDIDAD

Si vivimos alejados del presente, sobrevivimos en la superficie, desconectados de la profundidad.

 Pero si decidimos iniciar el  camino hacia nuestro yo profundo, comprobaremos cómo... Expande la consciencia más
allá de las fronteras de la propia piel y de los límites del yo. 

Ir más allá del pensamiento, para abrirnos a esa otra dimensión no-mental, donde somos atención, es vivir en profundidad.

 iAparece tu identidad.

 El camino a la profundidad es el anhelo humano de "más", que nos conduce en la búsqueda de la vida y de la propia identidad. 

La vida intuida, presentida y saboreada irá ampliando nuestro espacio interior y más profundo; nos llevará a reconocer nuestro verdadero rostro, nuestra identidad; nos mostrará que, como ocurre en la naturaleza, se vive desde dentro hacia fuera.



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