PREPARATÉ PARA EL CAMBIO




El cambio ocurre
El Queso no cesa de moverse
Anticípate al cambio

Prepárate para cuando se mueva el Queso
Olfatea el Queso con frecuencia para saber cuándo se vuelve rancio

Adáptate al cambio con rapidez
Cuanto más rápidamente te olvides del Queso Viejo, antes podrás disfrutar del Queso Nuevo.

¡Disfruta del cambio!
Saborea la aventura y disfruta del sabor
Cambia
Muévete con el Queso
del Queso Nuevo
Prepárate para cambiar con rapidez y para disfrutarlo una y otra vez
El Queso no cesa de moverse.
Tal como le sucediera antes, comprendió que aquello de lo que se tiene miedo nunca es tan malo como lo que uno se imagina. El temor que se acumula en la mente es mucho peor que la si­tuación que existe en realidad.

Al principio de su nueva búsqueda experi­mentó tanto miedo de no encontrar nunca Que­so Nuevo que ni siquiera deseó empezar a bus­carlo. 

Pero lo cierto es que, desde que iniciara su viaje, había encontrado en los pasadizos Queso suficiente para continuar la búsqueda. Ahora, esperaba con ilusión encontrar más. El simple hecho de mirar hacia delante ya resultaba esti­mulante.

Su antigua forma de pensar se había visto nublada por sus preocupaciones y temores. An­tes solía pensar en no tener Queso suficiente o en que este no durase tanto como deseaba. Pensaba más en lo que pudiera salir mal que en lo que po­día salir bien.

Pero eso cambió por completo desde que sa­liera por primera vez del depósito de Queso .

Antes pensaba que nunca deberían haberles cambiado el Queso de sitio y que ese cambio no era justo.

Ahora se daba cuenta de que era natural que el cambio se produjese continuamente, tanto si uno lo espera como si no. El cambio sólo le sor­prende a uno si no lo espera ni cuenta con él.
Al comprender repentinamente que había cambiado sus convicciones, se detuvo para escri­bir en la pared:

Las viejas convicciones
no te conducen al Queso Nuevo.

Haw no había encontrado aún Queso, pero mientras recorría el laberinto pensó en todo lo aprendido hasta entonces.

Ahora comprendía que sus nuevas convic­ciones estaban favoreciendo la adopción de nue­vos comportamientos. Se comportaba de modo muy diferente a como lo hacía cuando regresó al depósito sin Queso, en busca de Hem.

Sabía que, al cambiar las convicciones, tam­bién se cambia lo que se hace.

Uno puede estar convencido de que un cam­bio le causará daño y resistirse por tanto al mis­mo; o bien puede creer que encontrar Queso Nuevo le ayudará, y entonces acepta el cambio.

Todo depende de lo que uno prefiera creer.
Así que escribió en la pared:

OBSERVAR PRONTO LOS PEQUEÑOS CAMBIOS TE AYUDA ADAPTARTE A LOS GRANDES CAMBIOS POR VENIR.


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