TE ACEPTAS?



Aceptarse ¡Cuántas cosas dijimos resumidas en una fórmula tan breve: te acepto a ti!


Decir te acepto a ti, es decir: te conozco, sé quién eres. Conozco tus cualidades y tus defectos. Sé quién eres. Llevo un tiempo contigo, y después de aquilatar todo en la balanza, he decidido que a pesar de tus posibles defectos, pero siempre más pequeños que tus cualidades, te elijo entre otras posibilidades  y te  acepto a ti, como eres.


Estoy enamorado de ti. Sé en qué te puedo ayudar a superarte y a mejorar, y sé en qué aspectos será ya muy difícil que cambies porque son hábitos que se han hecho vida, o porque es parte de tu educación o porque así es tu carácter.


Aceptarte a ti es aceptar tu historia personal, es decir: tu pasado, tu presente y tu futuro. Lo que pueda venir. Tantas cosas como en nuestras vidas puedan cambiar.


Cambia la gente y cambian las circunstancias. Hoy eres esta persona. Mañana, tú misma, por los golpes de la vida, puedes ser otra persona. Los golpes van haciendo mella en nosotros, pero cuando nos aceptamos, lo hacemos incluso con esos golpes y heridas de la vida que por otra parte nos deben hacer mejores.


Así se acepta uno mismo : con pasado, presente y futuro. Cambian tantas cosas y surge una belleza mayor pero que es necesario saber percibir. Pensemos que cuando compramos una mesa de cristal, la aceptamos así como está, nueva e impecable, pero aceptamos también que pueda rayarse en el futuro. No podríamos comprar nada si estuviéramos buscando un material a prueba de todo, simplemente porque no existe. “Te acepto a ti”, es hacerme a la mar contigo, en la misma barca.


Remar contigo, ser náufrago contigo si fuera el caso, no escapar con un salvavidas. Es compartir ilusiones, proyectos, luchar contra las mismas tempestades y disfrutar juntos el alba y el atardecer, mar adentro. 
Tratemos de reducir el “te quiero” a su más simple expresión, y nos daremos cuanta de que en el fondo sólo nos queda esto: “quiero hacerte feliz”. Ahí está el verdadero amor. ¿Te aceptas a ti mismo?


Hay personas que no viven a gusto porque no aceptan muchas cosas de su vida. Puede ser su origen familiar, las burlas de sus compañeros de la infancia, los defectos que uno mismo descubre, los problemas físicos, etc. etc. hay muchas situaciones que queremos esconder y no comentarlas nunca porque nos producen dolor.


Nos da miedo incluso mirarlas frente a frente y combatir contra ellas. Preferimos, aunque nos duelan, ocultarlas y mirar a otro lado... ¿Qué situaciones nos pueden bloquear la aceptación de lo que somos y de lo que nos ha pasado? 

Pueden ser muchísimas, pero normalmente la persona puede tener una o varias situaciones que le producen dolor, por ejemplo: - Mantener una dependencia emocional extrema de otra persona (la madre, el marido, etc.) - Aferrarse a la idea que la persona a la que queremos y nos ha dejado volverá algún día. -

Sentir nostalgia del pasado que nunca volverá. etc. etc. ¿Por qué se producen estas situaciones de no aceptación en nuestra vida? - Por falta de seguridad en uno mismo. - Por dificultades para aceptar a las personas y las situaciones tal como son. - Por "vivir en las nubes..." - Por miedo a enfrentarse con la verdad. - Por tener ideas obsesivas. ¿Cuándo se crea realmente un conflicto en esta situación?


Cuando te sientas fuerte para comenzar el proceso de tu crecimiento personal para llegar a ser una persona mejor y más feliz, es cuando comenzará tu aceptación personal.

Comentarios

Publicar un comentario