EL ARQUETIPO DEL SELF


Jung identifica al Self como una imagen de Dios.

Del Serf emergen símbolos transformadores que nos inspiran a buscar
nuestra integridad.

La tensión y el dualismo subyacente de la psique no se manifiestan hasta
que alcanzamos el nivel critico de la revelación.

Durante los estadios previos
del desarrollo del ego , nos hemos identificado con el ego, que organiza la
conciencia de los contenidos psíquicos , a la vez que reprime aquellos elementos que amenazan su integridad.

 Por lo tanto, nos aferramos desesperadamente a un lado de la polaridad, a la vez que evitamos el otro.

Nuestra redención psicológica ocurre a través del amor y la aceptación de todas nuestras partes.

Las cualidades transpersonales del Self buscan realizarse dentro de las fronteras personales de la conciencia del ego.

El SELF, es el arquetipo más importante,(el “sí mismo”) es la unidad última de la personalidad y está simbolizado por el círculo, la cruz y las figuras mandalas. La personificación que mejor representa el self es Cristo y Buda; pues representan según muchos, el logro de la perfección.

 La meta de la vida es lograr un self.

Jung decía: “Hay tantos arquetipos como situaciones típicas en la vida. Una repetición interminable ha grabado esas experiencias en nuestra constitución psíquica, no en forma de imágenes llenas de contenido, sino casi únicamente como formas sin contenido.

 Los arquetipos no son solo símbolos, si no que formas de experimentar y ver nuestra vida en distintas circunstancias, y emergen cada vez que una situación gatilla estas motivaciones.

Para Carl Rogers el Self no puede captarse mediante una imagen fija.

Rogers formuló la idea de que los individuos no solo son capaces de conseguir el crecimiento y el desarrollo personal ,sino que estos cambios positivos constituyen una progresión natural y esperada.

El Self o concepto de si mismo es la forma en que las personas se entienden con base en las experiencias , las vivencias y las expectativas del futuro.

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