NUESTRO CEREBRO Y SUS ALIADOS





La actividad del cerebro consume una quinta parte de las calorías diarias. Pero sólo algunos alimentos le ofrecen los nutrientes que necesita. Éstos son algunos de los imprescindibles. 

En general, el combustible básico del cerebro, al igual que el del cuerpo, son los hidratos de carbono transformados en glucosa. Pero existen oligoelementos, como el complejo de vitaminas del grupo B, algunos minerales y ciertas sustancias, que resultan indispensables para que funcione de forma óptima. 

Por este motivo, las personas que habitualmente desempeñan trabajos que requieren un gran esfuerzo mental deben procurar incluir en su dieta alimentos que contengan estos elementos o si es preciso, tomarlos en forma de suplementos, bajo control e indicación médica.

La doctora Conxita Mir Rodón, especialista en medicina biológica, nutrición v homeopatía, lleva años estudiando el mejor rendimiento de nuestro cuerpo a través de la nutrición. Sus largas estancias en Estados Unidos, le han ayudado a elaborar este pequeño diccionario de nutrientes cerebrales, que irá perfeccionándose con el tiempo, ya que los nuevos descubrimientos permiten mejorar las recomendaciones.

Ginkqo biloba

Este árbol procede de China y es la planta medicinal más vendida en Francia y Alemania. Potencia la memoria, la atención y, en general, todas las funciones del cerebro. Además, favorece la circulación sanguínea, previene las afecciones de retina y ciertos tipos de sordera.

 En Estados Unidos se ha utilizado para casos de Alzheimer y para frenar el deterioro progresivo de la memoria. La dosis recomendada para una pérdida de memoria a corto plazo en personas es de 120 mg al día, repartidos en tres pastillas de 40 mg cada una. No hay efectos secundarios si se respetan las dosis recomendadas. Dosis superiores pueden provocar mareos, así como dolores de estómago y de cabeza.

Hierro

La falta de hierro se asocia a Ia ferropénica que se caracteriza por un  estado de debilidad  generalizado, dando  apatía, somnolencia, alta de la atención, concentración... De hecho se  ha comprobado que un deficit  de este mineral durante la etapa de crecimiento puede provocar alteraciones en el aprendizaje y nerviosismo.

Son alimentos ricos en hierro la levadura de cerveza, la soja, la verdolaga, algunas algas, el pan de centeno integral, los copos de avena, los frutos secos, las legumbres y la carne magra. En caso de ser necesario, se pueden tomar suplementos bajo control médico.

Complejo vitamínico B

Las vitaminas del grupo B son imprescindibles para la salud del sistema nervioso. Su presencia es necesaria para que se produzcan diversas reacciones metabólicas cruciales, que permiten la liberación de hormonas y otras sustancias neurotransmisoras (como la serotonina y la adrenalina). 

Y su consumo ayuda a combatir los estados de estrés, depresión, cansancio, falta de memoria, concentración, apatía y nerviosismo. La dieta occidental no favorece su absorción, ya que estas vitaminas están presentes sobre todo en los productos integrales, como cereales enteros, frutos secos y legumbres, que sólo algunas personas

ingieren de forma habitual. Además, el consumo de azúcar, alcohol y café aumenta las necesidades de estas vitaminas. Y como son hidrosolubles, la capacidad de nuestro organismo para almacenarlas es limitada.

Eleuterococo

Esta raíz pertenece a la familia del ginseng y crece espontáneamente en Siberia. En inglés se le llama «ginseng siberiano», pero no hay que confundirlo con el ginseng (Panax ginseng). Estimula el sistema nervioso central, mejora la circulación cerebral y la capacidad de concentración y de reacción. Por eso se recomienda en

períodos de depresión y estados de fatiga. No tiene efectos sencundarios, pero no se debe tomar antes de dormir, porque dificulta el sueño. No conviene a hipertensos.

Lecitina de soja

La ingestión de lecitina produce un aumento de la colina plasmática, un compuesto hidrosoluble que forma parte de la acetilcolina, un neurotransmisor que estimula la actividad cerebral.

Tomarla, por tanto, incrementa el rendimiento intelectual y aumenta la capacidad de memoria. Además, controla el nivel de colesterol, que puede provocar trombosis y problemas cardiocirculatorios. Este micronutriente se encuentra fundamentalmente en las semillas de soja y en la yema de huevo.

Levadura de cerveza

Es uno de los mejores suplementos alimenticios para compensar un posible déficit de vitaminas del grupo B, ya que tan sólo una cucharada (logramos) cubre las necesidades diarias de vitamina B, casi la mitad de las de ácido fólico (vitamina B9) y una cuarta parte de las de vitamina B2 y vitamina B6. Se recomienda en situaciones de estrés, agotamiento físico o intelectual. Se puede tomar en forma de copos (de 2 a 4 cucharadas al día en yogures o caldos), cápsulas o líquida, mezclada con zumos.

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