SIENTES QUE HAS MANIPULADO ALGUNA VEZ? - MANIPULACIÓN EN LAS RELACIONES


¿Qué es manipular?

Las relaciones interpersonales están tejidas por un complejo entramado de virtudes, vicios, actos nobles y pequeñas vilezas donde no resulta sencillo fijar categorías cerradas.

Suele creerse que la relación entre manipuladores y víctimas se sustenta en el poder de los unos frente a la debilidad o la impotencia de las otras. No siempre sucede así.


También hay quienes consiguen hacerse con la voluntad ajena sin dar órdenes, levantar la voz o esgrimir su autoridad. No pocas veces el más fuerte se deja atrapar por las redes de chantaje emocional que le tiende el aparentemente frágil.

El manipulado puede convertirse en manipulador de la misma manera que el generoso cae en acciones cicateras o el buen amante sucumbe a la infidelidad.


Si entendemos por manipulación emocional o psicológica aquel comportamiento
destinado a que otro haga lo que uno quiere de él mediante el empleo de determinadas estratagemas, nadie es inocente. 

La cuestión está en el grado, en la intención y en la magnitud del delito. Y sobre todo en la insistencia: el manipulador digno de tal etiqueta hace del engaño un hábito.

Resulta harto complicado zafarse de una persona manipuladora si ésta ya se ha adueñado del terreno y ha impuesto sigilosamente unas leyes según la cuales su deseo es soberano y los demás han de someterse a él. 

Por extraño que parezca, hay situaciones de flagrante asimetría que la víctima acaba por admitir como naturales.



Para llegar al estado de manipulación consolidada han tenido que sucederse las cesiones,los abusos consentidos, las situaciones en que el manipulado prefirió callar y taparse los ojos antes que dar el alto.

Si al niño se le toleran sus caprichos para que no dé la lata, al adulto se le admiten los comportamientos abusivos con tal de no discutir, para evitar enfrentamientos o malos tragos, por ese especial sentido de la comodidad de quien huye de cualquier confrontación temiendo que el remedio sea peor que la enfermedad.

Podría decirse que sólo es manipulado quien se deja manipular o al menos quien permite que le utilicen; y es que a nadie le gusta aceptar que es débil, que se ríen de él, que ha caído en la trampa.

Sólo hay un arma posible contra los manipuladores: el comportamiento asertivo.

Frente a sus hábitos de comunicación indirecta (prefiere los silencios a las palabras, tiende a no expresar su pensamiento sino a exigir que el otro lo adivine') es necesario formular preguntas del estilo de

"¿qué deseas realmente que haga? o "¿no sería más sencillo que lo dijeras claramente para que  nos podamos entender?".



Frente a las presiones emocionales, sean sutiles o agresivas, conviene mantenerse fríos y proponerle una conversación razonable con argumentos lógicos.

Frente a su ataque a los puntos débiles de la víctima (que conoce perfectamente), hay que tratar de no dejarse influir  y sobre todo hacer ver al otro que por mucho que insista,  su camino no conduce  a  ninguna
parte.

Ante el manipulador doméstico, laboral o amistoso nadie debería
renunciar a la defensa de los propios intereses.



La asertividad enseña a no sentirnos culpables pero tampoco vulnerables y a descubrir que hay otros estilos de respuesta diferentes del 'estilo pasivo' (el de quien permite  ser  pisoteado sin rechistar) o del 'estilo agresivo' (el que entra en la pelea cuerpo a cuerpo subiendo la voz). 

Una alternativa eficaz a estos  dos estilos combina un poco de sentido común y otro poco de  paciencia.

Los especialistas en el estudio de la conducta manipuladora proponen algunas sencillas  técnicas que, a parte de desconcertar al manipulado, ayudan a tomar el mando de la situación (o por lo menos el mando de uno mismo). 

Unas veces basta con aparentar que cedemos terreno pero sin cederlo en realidad, otras con procesar el cambio, otras poniendo de relieve las emociones distorsionadoras del provocador ("como estás demasiado alterado, es preferible que  lo hablemos en otro momento").


Pero también el humor, la retirada discreta o el contraataque controlado sirven para ir corrigiendo poco a poco los comportamientos destructivos del manipulador.

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