La mayor parte de los problemas en los cuales nos encontramos atrapados están ahí debido a que seguimos enfocados en ellos en lugar de concentrarnos en encontrar la solución, en visualizar la solución o en hacer afirmaciones o decretos para crear la nueva realidad de lo que SI queremos lograr.
Como todo en nuestro universo es electromagnéticos y los seres humanos somos un magneto ambulante nuestra mente se encarga de crear nuestro mundo y nuestras circunstancias.
Y lo peor del caso es que la mayor parte del tiempo somos totalmente inconscientes de lo que estamos creando.
La realidad es que somos creadores, ejercemos cierto poder de atracción sobre las cosas.
O en otros casos no sabemos como ejercer nuestro poder de atracción para atraernos las cosas que desearíamos obtener o adquirir.
Existen aparatos especiales diseñados para definir que clase de energía expide un ser humano. Estos aparatos son como medidores con agujas que miden del 0 al 100
Durante los experimentos ponen al individuo a pensar en su peor enemigo y la aguja se baja al 0 o sea que según estos instrumentos la persona cuando está pensando negativamente reduce su nivel de energía y se debilita, al igual que tambien su sistema inmunológico se debilita y se le bajan las defensas quedando desprotegido contra las enfermedades.
Uno de los experimentos mas interesantes fue el que hicieron en un hospital psiquiatrico con pacientes que tenían problemas mentales.
El experimento mas sobresaliente de todos es con una mujer que estaba en su lecho de muerte, había sido internada y abandonada en el hospital desde hacía varios años. El día que se hizo el experimento la mujer estaba a punto de morir.
En la habitación de al lado se encontraban todos los investigadores, con sus aparatos que le conectaron a la paciente, pero no estaban visibles, así que ella no sabía ni para que le habían colocado los aparatos y tampoco sabía que la estaban usando para un experimento.
La mujer sabía que iba a morir y estaba muy mal, así que en sus últimos momentos comenzó a rezar, comenzó a pedirle a Dios que recogiera su alma y que bendijera a sus padres y a sus hermanos.
En sus oraciones siguió pidiendo por todos los que la habían maltratado, por sus parientes que la habían dejado abandonada y por sus compañeros del mismo hospital para que se recuperaran.
De pronto las agujas de los aparatos comenzaron a moverse, desde cero y a elevar la frecuencia, cuando la mujer estaba pidiendo a Dios para que bendijera a su familia y que los colmara de felicidad y bendiciones las agujas llegaron al número cien y después explotaron.
Este experimento convenció totalmente a muchos científicos de lo que nuestros guías espirituales nos han venido diciendo desde hace miles de años.
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