Siempre en los circos nos ha llamado la atención el elefante,derroche de peso, tamaño y fuerza descomunal ,
Después de su actuación el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
La estaca era sólo un pequeño trozo de madera, apenas enterrado unos centímetros en la tierra, y aunque la cadena era gruesa y poderosa, parece obvio que si ese animal era capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza cómo no iba a poder arrancar con facilidad la estaca y huir.
El misterio es grande. ¿Qué lo mantiene quieto entonces? ¿Por qué no huye?.
Si preguntamos nos dirán , está amaestrado. Y si está amaestrado por que lo encadenan? os lo habéis preguntado?.
El elefante del circo nunca escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeñito”.
De pequeño trataría de soltarse , y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo: la estaca era mucho más fuerte para él.
Agotado de tirar y que al día siguiente volvería a probar, el animalito aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
El elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO PUEDE: Tiene registrado el recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro para borrarlo. Jamás, volvió a intentarlo y poner a prueba su fuerza otra vez.
MORALEJA
Cada uno de nosotros/as somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo un montón de cosas que nos contaron, y no podemos, simplemente, porque alguna vez probamos y no pudimos. Y grabamos para siempre ese recuerdo: ES QUE NO PUEDO...NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ...!!!
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