COMO SON LAS RELACIONES TÓXICAS CON LOS PADRES



Hablamos de madres tóxicas, no obstante, cabe aclarar también que hay padres tóxicos y abuelos tóxicos. y una seguridad con la cual, poder abrirse posteriormente al mundo, no tanto las madres como a veces los padres y abuelos pueden ser toxícos para los niños o adultos.

Pilares en la educación de los niños que lejos de fomentar una madurez personal y una seguridad,no hacen más que vetar por completo la independencia física y emocional de esa persona o niño.


Tener un hijo es uno de los regalos más grandes que puede recibir una mujer, pero no todas saben expresar su amor de manera asertiva, se comportan de forma demasiado sobreprotectora o controladora, limitando de esa forma sus potencialidades en vez de contribuir al desarrollo de sus hijos, se convierten en un obstáculo que afecta profundamente su equilibrio emocional, de esa forma crean una relación tóxica.


.En ocasiones las causas de ese comportamiento se hallan en la infancia que ellas mismas tuvieron. Cuando profundizamos un poco en su historia, encontramos que durante su niñez fueron controladas en exceso por sus progenitores o que estos las humillaban, maltrataban o se mostraban distantes emocionalmente.


Las madres tóxicas ofrecen una amor a sus hijos hostigante a la vez que inmaduro. Proyectan sobre ellos sus inseguridades para reafirmarse personalmente, y así, tener mayor control sobre sus vidas y sobre la de sus hijos.

Los vínculos tóxicos, nacen en hogares donde todo indica grandes dosis de amor. En apariencia.

La madre o padre que repite una y otra vez a sus hijos que ella o el , para sentirse bien, sólo necesita que ellos estén bien… Que cría a unos hijos que vivirán constantemente culpabilizados en cuanto ella o el suelte unas lagrimitas porque si algo le pasa a ella…o a el.

Que solo vive en función de sus hijos…

Lo lógico será pensar que ellos son los responsables del sufrimiento de su madre o padre . Ella o el vive por y para sus hijos, ella o el espera que ellos los completen. Y eso no es amor.

En este tipo de familias los hijos se acostumbran a callar, a no oponerse, a no hablar de los problemas, a no confiar en nadie, ni siquiera en ellos mismos.


En su libro "Padres Tóxicos", la psicóloga estadounidense Susan Forward sugiere los siguientes patrones de actuación:


1 - Primero, enfrentar a los padres desde la perspectiva de dos adultos conversando.

2- Explicar a los progenitores con la mayor claridad posible lo que piensas, lo que está mal en la relación, lo que la daña, lo que hace sufrir.

3 – Preguntar a los padres si hay alguna razón para ese desprecio, para esa falta de cariño, para esa forma de actuar. Intentar que los padres se den cuenta de lo que el hijo o hija siente.

Pero si tu padre no te escucha, si no está dispuesto a admitir lo que ha hecho o a entender cómo te sientes entonces debes…Abandonar por un tiempo ese lazo sentimental dañino.


​También debes aprender a poner límites. No cedas a chantajes absurdos, ni permitas que te manipulen, insulten, ridiculicen, controlen, sobreprotejan, traten como a un menor de edad o griten. No es cuestión de odiar a tus padres. El odio es un vínculo tóxico y adictivo. Es más bien ejercitarte en la indiferencia zen. Que no te afecte. Ver todo con calma y desapasionamiento. Saber mantener una distancia de seguridad. Dos no pelean si uno no quiere.


Decía Sun Tzu


Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla".

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