COMO ES TU SERENIDAD EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES?



La serenidad empieza por aceptar las situaciones que se presentan.

Es difícil aceptar los cambios  o las circunstancias que la vida a veces  nos depara.

Sabemos que todo cambia, pero deseamos que las cosas sean sólidas, estables, seguras.

 Sufrimos porque nos aferramos a ellas cuando, en realidad, deberíamos soltarlas y renunciar a controlarlas.

Aceptar -dice el psicoterapeuta canadiense Nathaniel Branden– es más que reconocer o admitir simplemente.

  Es experimentar, estar en presencia de contemplar la realidad de algo, e integrarlo  en mi conciencia.No puedo vencer un miedo cuya realidad niego.

No puedo cambiar unos rasgos que insisto en no poseer. No puedo perdonarme una acción que no reconozco haber cometido”. La aceptación de nosotros mismos es la condición previa para el cambio y el crecimiento, y también para la aceptación de los otros.

La  aceptación es una actitud que arranca desde lo más profundo del hombre y que no implica sumisión, resignación, complacencia, o derrota.

 La aceptación no es indiferencia.

 De hecho hacer como que algo no existe, o "resignarse" (entendido como claudicar), en el sentido de cruzarse de brazos, no es aceptar.Porque puedo adoptar una actitud pasiva ante aquello que se me presenta a causa de una negación, y en esta negación va implícito el rechazo.

Aceptar no es aprobar , ni es renuncia o resignación la cual crea fustración  .

Aceptar es más que soltar. Con la aceptación empieza la serenidad, pero aceptar no significa que todo está bien, . Solo hay que aceptar  que esa situación, pensamiento o persona está ahí.

Cuando uno empieza aceptar se pone en paz con la realidad. . Como si el dolor hubiera desaparecido, como si la lucha hubiera terminado.

 Es entonces cuando es libre de seguir adelante, o de tomar las decisiones que se imponen.

Con la aceptación renunciamos a controlar , juzgar o validar todas las cosas.

Aceptando empezamos a hacernos cargo de lo que somos , con nuestros pensamientos, emociones y deseos. La aceptación es más bien una forma de superación... la aceptación enaltece.

El camino más rápido y efectivo hacia la victoria espiritual es aceptar de corazón nuestras circunstancias tal como están.

La clave de la sanación está en reconocer todo aquello que sintamos como un ‘peso’, sea este físico, psíquico o espiritual.

Aceptar es tomar conciencia de que lo que nos sucede es parte de nuestra historia y también necesaria en ella.

Me permite ver las cosas más claras.

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