Aunque existen muchas técnicas para liberar las emociones igualmente efectivas, elegimos explicar éstas porque nos parecen de las más sencillas de utilizar y aprender.
Se pueden utilizar para soltar las emociones que estés sintiendo en el momento o para eliminar cualquier dolor y malestar físico o mental que experimentes.
EL TAPPING
La técnica es una simplificación de la empleada en EFT (Emocional Freedom Techniques) manteniendo su efectividad y consta de los siguientes pasos:
Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
Comienza a dar toques con tus dedos índice y pulgar, como en la imagen, mientras te dices: “aunque tengo este malestar, permito que se vaya”.
Respira hondo.
Vuelve a puntuar el malestar.
Repite los pasos 3, 4 y 5 hasta que desaparezca.
LAS PREGUNTAS
Esta técnica es original del Método Sedona y se compone de los siguientes pasos:
Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
Intento contestar “sí o no” a las siguientes preguntas lo más rápido posible.
Da igual si mi respuesta es un “sí” o un “no”. Lo que pretendo con esto es distraer a la mente para que no bloquee la liberación:
¿Puedo dejar que se vaya esta molestia?
¿Quiero que se vaya esta molestia?
¿Ahora?
Respira hondo.
Vuelve a puntuar el malestar.
Repite los pasos 3, 4 y 5 hasta que desaparezca.
Si tienes la impresión de que la molestia no disminuye, antes de hacer las preguntas aprieta firmemente la mano en un puño y al expirar mira tu mano mientras la abres. De este modo reforzarás el efecto de distracción de tu mente.
LA VISUALIZACIÓN
En PNL definen como “submodalidad” cada una de las cualidades que diferenciamos en lo detectado por los diferentes canales de percepción, que referidas al canal visual tendríamos: el color, el brillo, el tamaño, el movimiento, ángulo de visión, forma, etc.; para el canal auditivo: tempo, tono, volumen, ritmo, timbre, origen, etc. y para el kinestésico (tacto, olfato, gusto): la presión, localización, extensión, temperatura, movimiento, etc.
Al modificar estas submodalidades estamos forzando que el subconsciente genere un cambio interno en lo que percibimos, acorde a lo que imaginamos. Por ejemplo: si libero “la aguja que me causa el pinchazo” el dolor debe desaparecer.
Pasos:
Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
Imagina el objeto, o ser, que te causa el síntoma físico o la emoción.
Puede ser cualquier cosa, desde un nudo hasta un camión de bomberos, deja libre tu imaginación. Cuando lo tengas claro cógelo con las manos y te dices: "me permito quitar esto de mi cuerpo"; y lánzalo lejos.
Respira hondo.
Vuelve a puntuar el malestar.
Repite los pasos 3, 4 y 5 hasta que desaparezca.
Para que funcione esta técnica tienes que sentir que el “objeto” o “ser” es real y que responde a tus movimientos. Si no te lo “crees” es que no estás contactando bien con la emoción o tienes resistencias a liberar. En ese caso intenta centrarte más o probar con otra técnica.
LA RESPIRACIÓN COMPLETA
El cuerpo posee un sistema innato de liberación de la tensión que no es otro que la respiración. El problema estriba en que hemos aprendido a controlar la respiración, de modo que la bloqueamos para no sentir con toda intensidad las emociones. Esto lo podemos observar en los niños que endurecen la "barriga" y contienen la respiración para no tener miedo.
Por tanto, para saltar esa "programación" no deseable hay que realizar conscientemente el proceso de respirar para logra que se active la respuesta natural de relajación.
Pasos:
Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
Inspira empezando por el abdomen y acabando por el pecho de modo que llegues a un punto en el que sientas la necesidad de expirar.
De este modo provocas la primera respuesta de relajación del cuerpo.
Vacía totalmente los pulmones encogiendo el abdomen y el pecho, hasta que llegue la necesidad de inspirar, disparando la segunda respuesta de relajación.
Permite que el cuerpo inspire con libertad 3 o 4 veces y puntúa.
Repite los pasos 3, 4 y 5 hasta que desaparezca.
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