Da igual con lo que estés tratando: una separación, un boicot, una muerte injusta.
Realmente da igual. Aquí no interesa cuánto daño te han hecho, cuánto estás sufriendo y ni mucho menos quién tiene razón.
Aquí interesa que quieres ser más feliz y en eso es en lo que nos vamos a centrar. Si te quieres sentir bien, realizado y feliz es imprescindible centrarse en el presente y buscar soluciones de reparación.
En muchos casos, especialmente muertes y traiciones graves, puede que necesites un tiempo de duelo para expresar libremente tus sentimientos de tristeza y rabia.
Tú te conoces y sabes tus tiempos mejor que nadie. Sabes que para un plantón de una amiga, puedes permitirte sentirte frustrada media tarde; para la pérdida de un trabajo que te encantaba, puedes tirarte todo un fin de semana encerrada en casa, para un divorcio quizás tendrás que darte todo un año. Sea lo que sea no va a ser el fin del mundo, ni tu fin tampoco.
El primer paso es adoptar una posición más objetiva. Cómo si te salieras de la película y la vieras desde fuera.
¿Qué opinarías si en lugar de tu historia, se tratara de la historia de otra persona? Observa tus sentimientos y ponte un plazo para pasar a la acción y empezar tu limpieza emocional.
Date un tiempo breve para llorar y compadecerte de ti mismo si lo necesitas, pero una vez concluido ese margen ponte en marcha inmediatamente.
Revolcarte en la depresión sólo hace aumentar la densidad negativa y hace que te sientas peor, aunque a veces puede que no te des cuenta.
Por ejemplo, cuando les cuentas tus desgracias a alguien, te prestan atención y por lo tanto tu niño interior herido tiene sus tres minutos de gloria.
Esto puede parecer bueno, pero si lo alargas, harás que las personas positivas huyan de ti y sólo encuentres personas que te compadezcan haciendo que cada vez te sientas más impotente.
La carga negativa que llevas se acumula y puede llegar a ser tan grande (imagínatela como una mochila llena de piedras que cada día pesan más) que si no la vacías en un ambiente controlado cualquier pequeño malentendido la hará derramarse cual una taza rebosante, muchas veces en el peor momento para ti, como con tu suegra, en una reunión de trabajo etc, y muchas veces de forma violenta como si realmente estuvieras tirando pedradas con las cargas de tu mochila, haciendo que te sientas culpable por el malestar que has causado a otros y creando un círculo vicioso que hará sentirte cada vez peor.
Si, por el contrario, quieres salirte del lío, y volverte a sentir bien, tu simple intención, atraerá los recursos y situaciones que necesitas y con un par de ejercicios fáciles recuperarás enseguida tu paz interior.
El problema da lo mismo, incluso si has actuado deshonestamente o has causado algún daño a propósito puedes arreglarlo; si es una situación de vacío irreversible puedes encontrar otras cosas que le den sentido a tu Vida; si luchas con patrones de conducta muy reiterativa y no sabes qué hacer con ellos puedes buscar ayuda y solucionarlos.
No tienes por qué hacerlo todo tu solo. Pero sea lo que sea, nadie puede decidir por ti y mucho menos hacer tu limpieza por ti y tú no te vas a sentir bien hasta que actúes con coherencia interna.
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