Gran parte de los conflictos de pareja surgen porque nosotros como personas individuales tenemos situaciones inconclusas que resolver surgidas durante nuestro caminar por la vida, por ejemplo: pobreza de afectos, una educación rígida, situaciones traumáticas, rupturas, pérdidas de seres queridos, etc. las cuales afectan a la autoestima, la auto confianza, las emociones, el estilo de pensamientos y de relación que establecemos con los demás.
Estas situaciones no resueltas las llevamos con nosotros a la convivencia, proyectándola en la relación y en el compañero sentimental o en otras personas. Por consiguiente depende de ti no tener miedo a los cambios y solucionar aquello que te afecta tanto a ti como a las relaciones que estableces con los demás.
Cuando ocurre algún conflicto habrá que valorar qué pasa dentro de ti: Sabes que algo dentro de ti no está funcionando bien, analiza que está ocurriendo, qué te preocupa, qué te causa angustia y qué aspectos de tu comportamiento causan conflictos.
Mira dentro de ti, reconoce equivocaciones y modifica aquellas actitudes que te hacen daño e impiden descubrir el amor, el placer y la paz interior.
Observar y resolver lo inconcluso:Aquellas situaciones no resueltas que llevas contigo desde hace mucho tiempo, es necesario que las superes, por ejemplo: el dolor emocional que no has podido superar a causa de la ruptura de una relación.
La superación depende de ti, es intentar dar vuelta a la página paso a paso hasta cambiar la narrativa de tu historia personal. Es empezar a vivir en el aquí y ahora, con emociones positivas y sin temor al pasado o al futuro.
Cuando hay problemas personales y de pareja la autoestima sufre bajones, por lo que habrá que subir esa autoestima .
Por lo tanto es necesario ponerse manos a la obra para fortalecerla y elevarla.
Es fundamental, cambiar el concepto que tienes de ti, valorarte, recuperar la confianza, reconocer tus cualidades y analizar los errores que has cometido y aprender de ellos para no repetirlos.
Será importante sanar las heridas emocionales. Saca el dolor de tu vida, empieza por incrementar el animo y reencontrarte con las emociones positivas, por ejemplo: date permiso para sentir: alegría, paz, placer y satisfacción personal.
Sanar una dolencia emocional requiere ir paso a paso, tiempo y trabajo personal.
Modifica tu estilo de pensamiento en cuanto a ti mismo y cuanto a las relaciones.
Es fundamental empezar a cultivar la motivación, las ideas positivas y el optimismo a través de los pensamientos.
Los pensamientos negativos son basura que contaminan nuestro mundo interior. Empieza el día diciéndote a ti mismo palabras estimulantes y agradables.
Es necesario cambiar el estilo de relación que establecemos con la pareja, la familia y las amistades.
También es fundamental volver a recuperar la confianza perdida en las personas.
Es fundamental adquirir nuevas estrategias para comunicarnos, mejorar la capacidad para dar y recibir afectos, empezar a cuidar nuestro espacio personal y hacer valer nuestro derecho como seres humanos.
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