Ayer leyendo la Revista ''Muy saludable '' leí este artículo el cual vi muy interesante . Lo escanee y os lo comparto tal como está escrito en la Revista.
EL SÍNDROME DEL CUIDADOR
"No hacen viejo los años sino otros daños", (dicho popular)
POBLACIÓN LONGEVA
Alrededor de siete millones de personas en España superan los 65 años. En un siglo, el número de jubilados ha crecido casi siete veces y los octogenarios se han multiplicado por 13.
Entre un 10 y un 15% de las personas mayores de 65 años presentan una dependencia importante.
El 50% de los españoles mayores de 75 años tiene dificultades para caminar solo y un 20% de éstos ya no sale de su hogar.
El incremento de la esperanza de vida supone un aumento del número de personas mayores con algún tipo de discapacidad inhabilitante y, por lo tanto, dependientes de alguien que les atienda. El cuidado familiar de los miembros de edad avanzada ha emergido durante los últimos años como un importante problema social.
El envejecimiento de la población ha generado un incremento de la "carga" y de las responsabilidades de las familias en el cuidado de las personas mayores dependientes, es decir, de aquellas que ligadas a la falta o a la pérdida de capacidad física, psíquica o intelectual, tienen la necesidad de una asistencia y/o ayuda importante de otra persona, para la realización de todas las actividades de la vida diaria.
Esta nueva situación social y familiar ha elevado a un papel protagonista a los cuidadores, personas que, por diferentes motivos, permiten que otras puedan desenvolverse en su vida diaria, ayudándolas a adaptarse a las limitaciones que su discapacidad funcional les impone.
A pesar de que cada caso es diferente, todos los cuidadores proporcionan esta ayuda, de modo que los mayores sientan que sus necesidades físicas, sociales y afectivas están resueltas, y suelen dar más de lo que reciben. Esta asistencia implica una dedicación intensa de tiempo y energía y conlleva tareas que pueden no ser cómodas y agradables. Además, es una actividad que, normalmente, no se ha previsto y para la que nadie ha sido preparado.
La responsabilidad de proporcionar, día a día, ayuda a un familiar que está en una situación de fragilidad riene un importante impacto físico y psicológico sobre la vida de los cuidadores y el resto de la familia. De hecho, la asistencia de personas mayores dependientes se ha identificado como una de las situaciones que más estrés puede producir en la vida de la familia y en cada uno de sus miembros.
Y debido a que las vidas de los cuidadores giran en tomo a la satisfacción de las necesidades de su familiar mayor, muchos suelen dejar sus propias vidas en un segundo plano, porque no encuentran tiempo suficiente para atender las propias necesidades y se olvidan de sí mismos.
TIEMPO INDEFINIDO
Cuando se asume el cuidado del familiar -abuela, marido, hijo...-, muchas veces se piensa que va a ser una situación temporal, aunque, en muchas ocasiones, se acaba convirtiendo en una obligación que dura varios años con una creciente demanda de cuidados.
Incluso se produce una interrupción en el proyecto de vida del cuidador, que se ve absorbida por las atenciones que requieren las personas dependientes. Por este motivo, se ven obligados a dejar el trabajo fuera de casa y se abandonan las actividades de ocio y tiempo libre.
Gran parte de los hijos cuidadores no trabajan ni pueden pensar en buscar un empleo. Otros se ven obligados a reducir su jomada laboral. En los casos más extremos, deben abandonar el trabajo por su situación de cuidador. De hecho, en España, el 50% de los cuidadores no pueden plantearse trabajar, han abandonado su trabajo o han reducido su jomada laboral. También son frecuentes las dificultades económicas, ya sea porque disminuyen los ingresos o porque aumentan los gastos derivados del cuidado del anciano.
Sin embargo, y a pesar de las renuncias que puede suponer, la labor del cuidador no siempre significa una experiencia negativa. Muchas de las mujeres que dedican su esfuerzo y cariño al cuidado de un familiar manifiestan que "devolver" la atención y el amor a sus progenitores ya mayores, a través de los cuidados cotidianos, les proporciona una gran satisfacción y les llena de orgullo.
PD
ARTÍCULO SACADO DE LA REVISTA " MUY SALUDABLE"
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