EL RESPETO A LA OPINIÓN DE LOS DEMÁS


En ocasiones, solo aceptamos las cosas desde nuestro punto de vista ,lo que nos lleva a que no respetemos las opiniones de los demás, esto es un grave error pues hay diferentes culturas y creencias, lo que para uno es bueno para otros puede ser malo y bisceversa.

El respeto es el reconocimiento del valor y los derechos innatos del individuo, los cuales deben ser el eje principal para lograr que las personas lleguen a un diálogo y se comprometan con un propósito más elevado en la vida.


El respeto comienza en la misma persona, esta basado en la percepción que ésta tenga sobre si misma, sobre el concepto de su única identidad, su ser espiritual.


Donde hay respeto reina un ambiente cordial y amable. Respetar las opiniones del otro, es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener.

Las personas son diferentes, por lo tanto actúan diferente y piensan diferente.

Respetar las decisiones y opiniones de los demás no significa que estemos de acuerdo ni que los compartamos, significa que aceptamos que la otra persona tiene el mismo derecho que yo a tener sus propios sentimientos y a tomar sus propias decisiones, sean o no adecuadas para mí y sean o no iguales que los míos.

Respeto hacia los demás y hacia sus opiniones significa respetar sus diferencias, aceptar que somos personas diferentes, con experiencias, culturas, ideologías y punto de vista distintos.


La creencia de que mi punto de vista es más punto de vista que el del otro, es una fuente inagotable de desacuerdos y malentendidos siendo la base de los conflictos que se viven en la vida.


No tenemos derecho a juzgar a los demás, entre otras razones, porque no disponemos de toda la información.


Detrás de una persona que constantemente ofende a otros hay un individuo que no se acepta a sí mismo.


La convivencia ante todo se basa en el respeto.


El respeto comienza desde la convivencia hasta respetar las creencias de los demás.


El equilibrio entre la humildad y el autorrespeto da como resultado el servicio altruista, una actuación honrosa libre de actitudes negativas tales como la arrogancia y la estrechez mental, la arrogancia daña o destruye la autenticidad de los demás y viola sus derechos fundamentales.


Tener un gran respeto por uno mismo conlleva tener un gran respeto hacia los demás.


Rumi cuenta el cuento del Elefante.


Érase una vez un pueblecito perdido en el desierto.

Todos sus vecinos eran ciegos. Un gran rey pasó por la comarca, seguido de su ejército montado en  un elefante. Los ciegos se enteraron, y habiendo oído hablar mucho de los elefantes, los movió el deseo de tocarlo para hacerse una idea de qué es un elefante.

 Doce ancianos y notables del pueblo se pusieron en camino con este objetivo: «Rey», dijeron, «os suplicamos que nos concedáis venia para palpar el elefante». «os la concedo», respondió el rey; «¡podéis palparlo!».

Uno palpó la trompa, otro la pierna, éste la espalda, aquél las orejas, e incluso hubo uno que, por licencia especial del rey, montó sobre la bestia y se paseó.

Los doce ciegos volvieron entusiasmados a su pueblo. Los otros los rodearon, preguntándoles, muertos de intriga, qué tipo de bestia era un elefante. El primero dijo: «es un tubo enorme, que se alza con fuerza, se enrosca y, ay de ti si te pilla!». otro afirmó: «es una columna peluda». el tercero: «es como una pared de un castillo». el que había palpado la oreja: «es como un tapiz muy grueso, de tejido grosero, que se mueve cuando lo tocas». y el último exclamó: «¿es que estáis locos? es una montaña que se pasea!».


Todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera y creían que los demás estaban equivocados.


Solo el que está despierto ve al elefante entero y puede describirlo.


La Verdad siempre será infinitamente más compleja que cualquiera de los acercamientos del ser humano.

QUE SABIO ES AQUEL CIEGO QUE ESCUCHA LAS RESPUESTAS DE OTROS CIEGOS Y,
ASÍ ,ENRIQUECE LA PROPIA

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