EMPIEZA A DECIDIR EN TU VIDA



No hay trompetas que suenen cuando tomamos decisiones  importantes en nuestra vida. El destino se da a conocer en silencio", Agnes de Mille.

La peor pobreza que puede afectar a una persona es la pobreza de decisiones. La libertad que tenemos es directamente proporcional a las decisiones importantes que tomamos.

 Ahora bien, toda decisión , por pequeña que sea, es importante. Nuestro destino se construye en base de decisiones. Las pequeñas decisiones cotidianas a veces son tan determinantes en la construcción del propio futuro como las grandes decisiones, porque las pequeñas decisiones son mucho más frecuentes.

Cada decisión  es como un cruce. Si sabemos lo que queremos, los cruces son más decisiones de pasar, sabemos el camino a tomar. 

Lo grande engloba lo pequeño, las grandes decisiones son el contexto que da sentido y significado a las pequeñas decisiones. 

Todo lo que somos es consecuencia de las decisiones  que hemos tomado anteriormente. Cada decisión  tiene consecuencias en el mundo externo, en nuestras circunstancias personales, pero también en las decisiones futuras. No decidir también es una decisión. Tan importantes pueden llegar a ser las decisiones que tomamos como las que dejamos de tomar.

Ya que hemos de convivir con las consecuencias de nuestras decisiones, es importante aumentar la calidad de las mismas. Y la calidad depende de diferentes factores:

-El grado de conciencia desde el cual decidimos o la reflexión que hemos incorporado.

-La ausencia de condicionantes. Las decisiones que tomamos forzados por las circunstancias, contra nuestra decisión , rebajan nuestro nivel de autoestima.

 Existe además un alto grado de posibilidades de que nos tengamos que arrepentir de las decisiones tomadas en tales circunstancias. 

 Si siempre son otros los que las toman, nunca nos haremos sabios. "La decisión más básica no es qué es lo mejor, sino quien decide que es lo mejor", señaló Thomas Sowell.

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