NUESTRA LIBERTAD INTERIOR



El filósofo clásico Epíteto escribió en sus disertaciones acerca de la libertad: `Ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo´.

La libertad interna es lo más valioso que posee el individuo. Aunque exteriormente nuestra libertad esté limitada, internamente cada ser humano es libre.

 Nos preguntaremos: ¿Somos personas libres o dejamos que el medio ambiente nos controle y manipule? ¿Somos libres donde más importa, donde más cuenta, en el aspecto interno?

Las personas más libres del mundo son aquellas que están dotadas del sentido de paz interior. No se dejan desequilibrar por los caprichos de los demás o por las circunstancias externas y son serenamente eficaces en la tarea de regir su vida.

Son personas responsables pero no se dejan dominar por las interpretaciones egoístas o del medio ambiente respecto a lo que es la responsabilidad, ya que muchas veces se nos trata de manipular diciendo que es nuestra responsabilidad.

Si uno no es dueño de sí mismo no es libre.

 Para ser libre no es imprescindible ser públicamente poderoso, ni ejercer influencia sobre otras personas. Tampoco es necesario intimidar a los demás ni someter a nadie para demostrar el dominio propio.

El mejor modo de conseguir la libertad en la vida consiste en tener presente que cuando se trata de dirigir su propia existencia no depositará su total confianza en nadie, en nadie más que no sea uno mismo.


O como Emerson dice en su ensayo titulado Independencia: `Nada puede aportarle paz salvo usted mismo´. Es muy importante que nos demos cuenta de lo que significa este concepto.

Las personas más independientes o autosuficientes suelen ser aquellas que les encanta divertirse en grupo, compartir y tienen una gran capacidad para las relaciones interpersonales.

Debemos estar alertas para rechazar cualquier intento de arrebatarnos el derecho de ser nosotros mismos. Debe quererse por lo que es , no por lo que los demás quieren que sea.

Desde el momento en que un ser humano tiene que violar su identidad personal y dejar de actuar, de pensar y de hablar como desea, ya está cohibido y esto le va a provocar resentimiento. Ese resentimiento demuestra que no es una persona libre, porque las circunstancias externas lo están manipulando.

De niño seguramente nos sentimos oprimidos frecuentemente debido al estado natural de la infancia. Al darse cuenta que no podía mantenerse y que dependía de sus padres.

 De esta manera pasó por el camino de la obediencia y aprendió a aceptar su realidad. 

Y aunque trataba ya de alcanzar algo de independencia, se conformaba casi siempre en dejar que los otros pensaran por usted y le dirigiesen la vida.

De adulto es posible que conserve algo de esas costumbres residuo de la infancia.
Costumbres que entonces tenían sentido práctico, pero que ahora le convierten en víctima fácil.


Es posible que esté tan acostumbrado a aceptarlo que permita que eso suceda simplemente como un hábito.


Crearse nuevos hábitos es algo importante para que toda persona aprenda a salir de las trampas que lo someten. Las costumbres saludables se aprenderán del mismo modo en que se aprendieron las negativas o insanas. 

Todo es a través de la práctica. Aunque no tiene por qué tener éxito en todo lo que intente, puede al menos confiar en no verse trastornado, inmovilizado o angustiado por todo cuando suceda en su vida.

La libertad tiene un precio y, a parte de dejar de lado muchas creencias , situaciones ect. exige algo muy importante ,Compromiso y Responsabilidad ,con uno mismo , con su vida y con los demás , y no todos están dispuestos a pagar ese precio.

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