EL ORGULLO, ESA EMOCIÓN POSITIVA A VECES Y OTRAS VECES NEGATIVA


El carácter arrogante ,orgulloso y narcisista puede neutralizarse con dosis de humildad, comprensión para los demás y generosidad.


El orgullo es una emoción positiva cuando la vivimos de manera equilibrada y justa, ya que nos permite valorarnos y apreciarnos por lo que somos y hacemos, reconociendo nuestra valía, cuidando nuestra autoestima y haciéndonos respetar por los demás.

 Sin embargo cuando el autorreconocimiento es excesivo, y vivimos continuamente pendientes de nosotros mismos este sentimiento provoca rechazo ,nos convertimos en seres narcisistas incapaces de asumir nuestros errores o ponernos en el lugar de los otros.


La persona orgullosa cree que sus necesidades son más importantes que las de los demás. Por eso es exigente con todo el mundo menos consigo mismo y no tolera la falta de atención. En algunas ocasiones el orgullo le lleva a dejar escapar oportunidades a perder amistades e incluso a vivir durante años enfrentados sin hablarse con sus propios familiares.


Pero porque somos orgullosos?


El orgullo nace de un complejo de superioridad arraigado en la educación. El exceso de atención durante la infancia o el hecho de que los padres elevaran su ego haciéndole sentir único mejor que nadie y merecedor de todo tipo de atenciones hace que el niño crezca sintiéndose superior.

Sin embargo el orgullo también puede gestarse debido a las críticas excesivas al desprecio o incluso al abandono sufrido durante la infancia y pubertad. Eso le hace ser vanidoso y egocéntrico, en el fondo es un miedo terrible a la crítica.

Si en la adolescencia el orgulloso no cambian y se adapta a su entorno tratando de empatizar con otros se vuelve conflictivo y su vanidad le hace reaccionar de forma agresiva si se le minusvalora.

Dejar el orgullo a un lado si quiere abrirse a los demás. Para lograr buenas relaciones con los demás debemos empezar por nosotros mismos al comprender y aceptarnos alcanzaremos la comprensión que los demás esperan de nosotros.

Agradecer, perdonar , no exigir, son algunas herramientas para paliar los desperfectos de una actitud egoísta y orgullosa. 

Reconfortaran tu ánimo y te hará sentir en paz contigo mismo y con los demás.

 Pide excusas si has hecho algo que haya perjudicado ,si has sido desconsiderado y si te has portado de forma egoísta. 

Te lo agradecerán, y la relación volverá a ser fluida. Saber ser agradecido con lo que tienes o lo que te ofrecen también te honra como persona y te proporciona tranquilidad emocional.

Comentarios