EXPRESAR LO QUE SENTIMOS NOS HARÁ MÁS FELICES



Por qué nos cuesta expresar nuestros sentimientos?

No expresar lo que sentimos puede ser peligroso a nivel anímico, ya que puede derivar en problemas de ansiedad e incluso en depresión en caso de no saber canalizarlo.

Sin dudas, aquello que sentimos nos moldea y define como personas. Sin embargo, por cuestiones de enseñanza, de la sociedad o de ideales creemos que no es bueno sacar a la luz nuestras emociones .

 Por eso las ignoramos y las guardamos en un cofre bajo 7 llaves. Desde la infancia nos hacen sentir culpables si lloramos, si tenemos vergüenza, si tememos… y ese hábito queda grabado a fuego a medida que crecemos.

Por eso en la etapa adulta nos cuesta tanto expresar lo que sentimos e incluso, a veces, detectar aquello que nos pasa.

Suprimir las señales que nos dan la mente y el corazón tiene muchas consecuencias. En algunos casos conlleva a la depresión, la ansiedad, las fobias o las actitudes negativas sobre la vida.

A expresar los sentimientos también se aprende.

Hay muchas personas a las que les cuesta exteriorizar lo que piensan, pero son más a las que les es difícil expresar lo que sienten. La cultura y la educación tienen un peso importante en esta cuestión.

A expresar los sentimientos se aprende en la infancia: es por eso que los niños que han crecido en casas donde los padres no se demostraban afecto, donde el padre jamás reconoció sentirse orgulloso, donde la madre callaba cuando se sentía sola o deprimida o donde los hijos tenían que contener su rabia, hoy son adultos con serios problemas para dar a conocer aquello que sienten.


Uno de los motivos por los que no expresamos lo que sentimos es para evitar conflictos. Hay quien cree que así evita hacer daño a otra persona, y no se da cuenta de que el daño se lo hace al reprimirse.

Otra razón puede ser el miedo a sentirse rechazado o creer que no le van a entender. Esto se soluciona mejorando la autoestima y comunicándose de forma asertiva.

Además, la sociedad nos dice que hay ciertas emociones que debemos controlar.

Están mal vistos los celos, los enfados, la rabia, la ansiedad, la depresión… vamos, lo que algunos llaman las emociones negativas.

 No hay emociones positivas ni negativas, y no debemos aprender a controlarlas sino a reconocerlas , aceptarlas y gestionarlas.


Expresar aquello que nos gusta, lo que nos da miedo, decir las cosas que nos generan alegría, las que percibimos con asco, expresar nuestro agradecimiento o mostrar muestras disculpas es lo que nos ayuda a liberar y a compartir nuestros sentimientos, y es la mejor manera de sentirnos bien.

Por eso es tan importante empezar a hacer un trabajo interior de conocernos, de saber qué es lo que sentimos porque es el primer paso para empezar a expresar de manera saludable todo eso que está dentro de nosotros. 

Este proceso en algunas ocasiones puede ser difícil, es algo que nos reta porque también nos llama a ser responsables por nosotros mismos pero al final es un trabajo necesario que con el tiempo nos brindará tranquilidad.

 Cuando somos incapaces de expresar sentimientos la frustración y la insatisfacción aparecen en el horizonte.

Otra razón puede ser el miedo  a sentirse rechazado.

Saber cuánto queremos a los demás no es suficiente: lo importante es que ellos se den cuenta. Estamos acostumbrados a dar por sentado que los demás saben lo que sentimos, o aún peor, tendemos a querer que lo adivinen. 

Expresar esos sentimientos hará que nos sintamos más felices, y sobre todo más auténticos y coherentes con nosotros mismos , enfrentandonos a ese miedo hacer el ridículo.


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