Cuantos miedos tenemos?. A la soledad, al cambio, a la enfermedad, a la muerte, a perder la razón, , miedo al qué dirán, miedo a los desastres naturales, a las alturas, miedo a..infinidad de miedos.
En realidad, se trata de una emoción que todos, aunque sea una vez, hemos experimentado en nuestra vida. A veces ese temor nos paraliza y no nos deja avanzar, es ahí cuando hay que observar ese miedo para que no nos domine nuestra vida.
Para enfrentarse al miedo se tiene que empezar por conocerlos, identificarlos y saber que es lo que los provoca.
Escribelos .Al escribir todos tus miedos los haces más reales, por lo que puedes controlarlos mejor.
Analizar el miedo , es momento de trabajarlo.
Pregúntate el por qué de ese miedo. Observa tu inconsciente. Presta atención a las señales que te dan los sueños, por ejemplo. El miedo a menudo suele ser porque algo malo suceda más que por el suceso en sí.
Investiga el origen.Identifica su raíz.
Reflexiona sobre cualquier evento traumático. Existen muchas formas en las que los miedos se desarrollan y es natural evitar experiencias dañinas anteriores.
Identifica las falsas creencias. Muchos miedos están basados en creencias falsas o pensamientos catastróficos. Identifica estos patrones de pensamiento y empieza a cuestionarlos.
Cuando surja tu miedo, haz una pausa y reflexiona sobre tu riesgo real.
Utiliza técnicas de relajación. Cuando tu cuerpo experimenta miedo, aprende a ignorar esta reacción contrarrestándola con técnicas de relajación. La relajación le dice a tu cuerpo que no hay peligro y que estás a salvo. La relajación también puede ayudarte a lidiar con otras fuentes de estrés y ansiedad en tu vida.
Prueba los ejercicios de respiración profunda. Enfócate en tu respiración y empieza a contar cada una: inhala cuatro segundos, luego exhala cuatro segundos. Una vez que esto te sea cómodo, prolonga tus respiraciones hasta seis segundos.
Si notas que tus músculos se tensan, sé consciente de relajarlos. Una forma de hacer esto es contraer todos los músculos de tu cuerpo durante 3 segundos y luego relajarlos. Hazlo dos o tres veces para que el estrés se derrita a través de tu cuerpo.
El miedo puede usarse como una herramienta para ayudarnos a identificar los problemas y resolverlos de forma efectiva. Es una guía, una señal de alarma que nos advierte cuando algo necesita atención.
Una vez que pase la incomodidad de la ola inicial de miedo, examínala más de cerca para ver lo que puedes aprender.
Cuando sientas miedo de algo desconocido, tómalo como una señal de que tienes que conocer mejor a una persona o una situación.
Como dijo Nelson Mandela:
NO ES VALIENTE QUIEN NO TIENE MIEDO SINO, QUIEN SABE CONQUISTARLO
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