LOS AMIGOS CON DERECHO A ROCE


La amistad con derecho a roce —llamado por la costumbre como amigos con derechos— es una relación de pareja que intenta combinar la vinculación afectiva, los comportamientos y actitudes típicos de una amistad, con la posibilidad de mantener relaciones íntimas o sexuales.

El típico amigo con derecho a roce se ha puesto muy de moda ¿Quién no ha tenido un amigo especial, un amigo íntimo...? Pero a veces este tipo de relaciones acaban por complicarse cuando se deja de hablar el mismo lenguaje.

La regla de oro de esta relación es que ambos deben hablar el mismo lenguaje. Es decir, cuando se trata de un amigo con derecho a roce, se disfruta con él sin pedir nada a cambio.

 Pero para que esto funcione, ambos deben buscar lo mismo: sexo sin compromiso.

Si tienes un amigo con derecho a roce, tienes tu vida sexual asegurada. Y la amistad, dicen. 
¿Qué puede salir mal?

El riesgo que se corre es cuando hay una implicación emocional en la relación. 

Biológicamente, las mujeres después de hacer el amor liberamos una hormona llamadas oxitocina relacionada con la ternura, mientras que ellos, les domina la testosterona, totalmente opuesta y relacionada con el deseo.

 Es por eso, que después de una noche salvaje, mientras ellos acaban agotados, nosotras necesitamos nuestra dosis de mimos y caricias, pero cuidado... porque la ternura que viene de un amigo con derecho a roce nada tiene que ver con la de una pareja.

Lo más importante es que todo amigo con derecho a roce tiene una fecha de caducidad si no quieres acabar involucrada hasta los huesos.

 Los amigos especiales solo deben durar un corto plazo de tiempo. Breve pero intenso, pues con el tiempo los sentimientos pueden empezar a florecer y lo que antes era solo sexo ahora puede convertirse en amor.

El mayor riesgo que puedes correr con este tipo de relaciones es cuando uno se enamora del otro.

 En este momento pueden ocurrir varias cosas. Puede pasar que...

Tú quieres algo más... pero él no. Llegado a este punto es momento de dar por terminada vuestra amistad especial. Seguir liándote con él solo te hará más daño, porque inconscientemente siempre vas a esperar más de él y llegarás a confundir los besos, los mimos...

Él quiere algo más... pero tú no. Cuando eres tú quien lo tiene claro, no marees la perdiz y ponte en su lugar. Sobretodo se sincera y no juegues con él. La mejor opción es dar por terminado el juego.

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