MEJOR MUCHAS O POCAS ? ASÍ INFLUYEN TUS EXPECTATIVAS EN TU RELACIÓN DE PAREJA


El juego entre lo que uno cree merecer, lo que espera y lo que aporta puede fortalecer o arruinar una unión.


Crearse expectativas es un hecho que comparten todos los mortales en sus relaciones de pareja. 


Hasta cierto punto pueden ayudar a que la relación prospere. De hecho, las expectativas no son más que la posibilidad razonable de que algo suceda. Entonces ¿por qué al hablar de expectativas en lo sentimental es frecuente que aparezca cierta sensación de incomodidad?


Si esto sucede, es debido a que estas probabilidades no se alinean con la realidad o a que parten de un estándar demasiado alto.


 “Es imposible no tener expectativas porque, sin ellas, no nos plantearíamos la convivencia. Ahora bien, lo ideal es que sean pocas, porque cuanto más esperas, más te defraudas”, explica Antonio Bolinches, psicólogo clínico y terapeuta de pareja.


Entonces, si tener perspectivas ante el futuro en pareja es algo necesario para la relación, ¿cómo es que la esperanza de que se produzcan ciertos sucesos puede también arruinarla?

 

“Expectativas tenemos todos; el problema surge cuando no entendemos el amor o no nos hemos planteado qué esperamos de la relación de pareja o cómo queremos que esta sea…”, indica Silvia Congost, psicóloga especializada en dependencia emocional, autoestima y terapia de pareja. 


La cuestión, por tanto, estará en tener claro cuál es la línea que separa una expectativa razonable de la que no lo es.

 

Diferenciar el estándar de las expectativas

Confundir o no diferenciar entre estándar y expectativas puede generar malentendidos y frustraciones. “El estándar está relacionado con lo que tú crees merecer en función de lo que puedes aportar. En cambio, la expectativa tiene más que ver con lo que esperas que aporte el otro”, comenta Bolinches.

 

Por ello, los estándares reflejan los propios valores respecto a la relación y están conectados también con las creencias y el entorno. Según explica Congost: “Tu estándar es aquello que te atrae porque te resulta familiar, porque es lo que conoces o lo que encaja con tu autoestima. 


Puedes tener un estándar de persona que no te trata bien pero que tus expectativas se dirijan a conseguir ese final fantástico y maravilloso que te habían prometido en los cuentos”.


El estándar está relacionado con lo que tú crees merecer; la expectativa, con lo que esperas del otro”.


Y aquí es donde comienzan los problemas, ya que, probablemente, se esperen cambios y reacciones en la pareja que no sucederán. 


Por ello, es importante que ambos miembros de la pareja compartan ciertos estándares como la honestidad, la lealtad o el respeto, ya que este tipo de cuestiones no suelen cambiarse. 


De esta forma, es más difícil que aparezcan expectativas que distorsionen la relación. Para que se dé esta circunstancia es recomendable tener claro lo que se quiere del otro y de la unión. También los aspectos imprescindibles y los innegociables.

Y aquí es donde comienzan los problemas, ya que, probablemente, se esperen cambios y reacciones en la pareja que no sucederán.


 Por ello, es importante que ambos miembros de la pareja compartan ciertos estándares como la honestidad, la lealtad o el respeto, ya que este tipo de cuestiones no suelen cambiarse. 


De esta forma, es más difícil que aparezcan expectativas que distorsionen la relación. Para que se dé esta circunstancia es recomendable tener claro lo que se quiere del otro y de la unión. También los aspectos imprescindibles y los innegociables.

 

“Lo que le conviene a la pareja es que ambos componentes compartan sus plenitudes, no que el uno y el otro intenten llenar sus vacíos”, añade el psicólogo. Asimismo aconseja que las expectativas se vinculen con nuestras aportaciones para favorecer la relación.



ANTONIO BOLINCHES Psicólogo y terapeuta de parejas



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