No tiene por qué ser algo negativo.
¿Intentas pasar desapercibido o no hacerte notar? ¿Te cuesta expresar tus opiniones o tienes un estilo de comunicación pasivo a la hora de relacionarte con otras personas?
Te ayudamos a quitarte la máscara de la timidez.
Retraídos, introvertidos... hay personas a las que llegan a sudarles las manos en situaciones nuevas, fuera de su zona de confort o que escapan a su control. La timidez se esconde detrás de muchas de ellas, un tipo de personalidad detrás de la cual hay varios componentes, como nos explica el doctor Juvenal Ornelas, de Mundopsicologos.com.
"Se suele asociar a las personas que desean ser invisibles, pasar desapercibidos, con una autoestima baja, que no quieren ser preguntados, y que esconden el deseo de no destacar. Se puede decir que el tímido se crea, ya que todo niño al nacer siempre es el centro de atención de toda la familia, es el protagonista.
A medida que va creciendo comienza a desarrollar una parte de inseguridad y empieza a verse en ese momento un comportamiento más retraído, más introvertido, que sí tiene carácter positivo", nos detalla.
Todo tiene sus pros y sus contras. Y es que es esta introversión la que le ayuda a tomar decisiones, de cómo actuar ante su entorno, sobre si es mejor esperar o decir lo primero que pienso. Ese pensamiento comienza a coger forma en el niño introvertido, que es la base que sostiene la timidez.
Podemos definir un perfil con las principales características de las personas tímidas. Estas son:
Muestran tendencia a la introversión (se suelen encerrar en sí mismas).
Les cuesta expresar sus sentimientos.
Muestran elevados niveles de ansiedad en situaciones sociales, por lo que si pueden las evitan o las soportan con mucho malestar.
Prefieren pasar desapercibidos, ya que no les gusta ser el centro de atención.
Tienden a ruborizarse fácilmente.
No expresan abiertamente su opinión por lo que, algunas personas tímidas actúan de forma agresivo-pasivo (se enfrentan en las espaldas).
Frecuentemente están pendiente del “qué dirán”.
No les gusta sentirse observados, ya que habitualmente se sienten juzgados.
La persona tímida se caracteriza especialmente por la inhibición social y las ganas de pasar desapercibida.
La gran diferencia entre las personas tímidas y aquellas que presentan el trastorno que se conoce como fobia social es que a estas últimas les encantaría poder no inhibirse y relacionarse de forma satisfactoria a nivel social.
Sin embargo, los tímidos no tienen por qué desear necesariamente relacionarse con otras personas. En cualquier caso, existe una gran relación entre fobia social y timidez.
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