COMO SABER QUÉ TIPOS DE INTELIGENCIA TIENE TU HIJO Y APROVECHARLO PARA MEJORAR EN LOS ESTUDIOS



«Es que no hay manera de que le entren las matemáticas», «nunca aprobará inglés, se le dan fatal los idiomas» o «tiene muchas faltas de ortografía y no hay manera de que aprenda a escribir bien». 

Estas son quejas habituales de los padres con hijos en edad escolar que están preocupados por el rendimiento de sus hijos en ciertas materias.

 A menudo, detrás está el miedo a que el pequeño «no sea bastante inteligente». ¿Pero qué es la inteligencia? ¿saber muchas matemáticas?¿no tener ni una falta de ortografía? ¿o eso sólo son conocimientos y la inteligencia va mucho más allá?

No todos los niños son iguales y les gustan las mismas cosas. Unos son fantásticos deportistas, músicos o bailarines mientras que otros son más lógicos o empáticos. 

¿De qué depende? Del tipo de inteligencia en la que son más fuertes. Esto está explicado en la Teoría de las Inteligencias Múltiples, desarrollada por Howard Gardner, y que cada vez más se aplica en los colegios como fórmula para presentar las materias a los alumnos según el tipo de inteligencia en la que predominan. 

Por ejemplo, no aprende matemáticas igual un niño deportista que uno lógico. Cada uno necesita que se le presente la información de una forma para que su experiencia de aprendizaje sea positiva y la pueda aprovechar al máximo.

La inteligencia lingüística se caracteriza por la capacidad para utilizar nos sólo las palabras y el lenguaje, sino también la expresión gestual.

 Su pensamiento y forma de entender las cosas se basa en palabras (escritas u orales), por lo que se puede trabajar con ellos mediante lecturas de cualquier tipo, debatiendo sobre un tema de su interés, escribiendo, cartas o diarios o juegos como el de las películas, entre otras ideas.

Entre las salidas laborales de las personas fuertes en este tipo de inteligencia están los escritores, periodistas o políticos, por ejemplo.


La inteligencia lógico-matemática hace referencia a la capacidad de emplear los números y el razonamiento. Ésta es la que hasta hace poco se consideraba como base para determinar la inteligencia general de una persona, a través del test de cociente intelectual.

Las personas cuyo fuerte es la lógica-matemática les cuesta más memorizar si no entienden. 

Su visión del mundo es más estructurada y lógica. Para trabajar este tipo de inteligencia, por tanto, se puede debatir temas de lógica, jugar a hacer series, hacer pasatiempos y juegos de cartas, por ejemplo. 

Científicos, economistas, académicos e ingenieros suele predominar en este grupo.

Los niños con inteligencia espacial piensan a través de imágenes y son capaces de ver el mundo desde diferentes perspectivas. Son, normalmente, bastante creativos y necesitan visualizar las cosas (física o mentalmente) para entender mejor las ideas.

Para trabajar esta inteligencia están todos lo juegos de construcción, el cubo de Rubick, el Tangram y muchos videojuegos. En este grupo encontramos ajedrecistas, pintores, fotógrafos, diseñadores, publicistas y arquitectos, por ejemplo.

La inteligencia cinético-corporal se basa en el uso del cuerpo y la motricidad, tanto para resolver situaciones como problemas. La persona piensa y aprende a través de sensaciones corporales, por lo que todos los juegos sensoriales suelen ayudar a desarrollar estas capacidades.

Cuando estos niños crecen suelen convertirse desde en artistas, bailarines y actores hasta deportistas o cirujanos.


Las personas con una gran inteligencia musical piensan a través de ritmos y melodías, por lo que los nuevos conocimientos que lleguen de esta forma tendrán más posibilidades de ser interiorizados. 

Tocar instrumentos musicales, inventar canciones y jugar en base a ritmos ayudan a desarrollarla. Cuando sean mayores, los niños que tengan esta capacidad pueden convertirse, además de en músicos, en compositores o matemáticos.

La inteligencia interpersonal es la capacidad para entender a otras personas y relacionarse con ellas. Se piensa a través de la comunicación con los demás, por lo que son alumnos que necesitan interactuar para entender mejor. 

Son empáticos, muy sociales y les gusta hacer tareas en grupo. Para trabajar esta faceta se pueden hacer juegos de gestualización o a adivinar qué está pensando el otro, por ejemplo.

Políticos, profesores, psicólogos y abogados y pedagogos son algunas posibles salidas laborales para personas en este grupo.


Existe, asímismo, la inteligencia intrapersonal, que predomina en las personas con capacidad para entender la propia vida interior, prestando atención a las sensaciones y emociones. 

Está muy relacionada, aunque no es lo mismo, con la llamada inteligencia emocional. Practicar mindfulness, yoga y hablar de los sentimientos y su expresión es una buena manera de ejercitarla. Entre las personas con esta inteligencia hay filósofos y psicólogos, entre otros.

La inteligencia naturalista, que se añadió al estudio de Gardner posteriormente, se refiere a la capacidad para comprender los fenómenos naturales y biológicos: desde el clima hasta las especies animales y vegetales. 

Se piensa a través del contacto con el entorno y la exploración, así que todos los juegos al aire libre y en contacto con la naturaleza son una forma de llevar a estas personas. Las visitas al jardín botánico y campamentos, por ejemplo, son actividades que desarrollan esta inteligencia que es principal en exploradores, biólogos y geógrafos.

El modelo educativo

Según Gardner, todos los niños poseen y necesitan para funcionar y aprender bien estos ocho tipos de inteligencia pero cada persona tiene algunas más desarrolladas que otras, lo que hace que las necesidades y el proceso de aprendizaje sea diferente en cada caso.

A pesar de que en las aulas parece que la lingüística y la lógico-matemática son las principales, en la vida ninguna es más importante que las demás. 

Por ello, muchos colegios empiezan a ver esta necesidad de cambiar el modelo educativo y ampliar la visión general de la preparación de los alumnos para el futuro.



Comentarios