10 CLAVES PARA POTENCIAR TU CREATIVIDAD EN TODOS LOS ÁMBITOS DE TU VIDA




Apunta los buenos hábitos que te inspiran para ser más creativo.

Dicen que la creatividad es el camino más inmediato hacia la libertad. En el trabajo, en la política, en la familia…, lo cierto es que sin creatividad nuestra vida es más pobre y carente de sentido. 

Y es que, ciertamente, se trata de una competencia imprescindible para evolucionar, alcanzar el éxito, generar nuevas ideas y saber adaptarnos a los cambios. 

A la vez que hace que seamos personas más productivas, más eficaces y, en definitiva, más felices. ¡Por algo será que dentro del mundo empresarial comienza a ser uno de sus mayores activos! ¡Ya era hora!

La creatividad también se entrena.

Sin embargo, a veces cometemos el error de pensar que la creatividad es una cualidad que se tiene o no se tiene –como una suerte de eureka-. 

Nada más lejos de la realidad: como cualquier otra habilidad también requiere de un esfuerzo y trabajo previos. 

Lo sabe muy bien Bibiana Ballbè, fundadora de TheCreativeNet -plataforma que conecta el talento creativo- y autora del libro Las 21 claves de la creatividad (Editorial Lunwerg), una guía ilustrada por diferentes artistas que busca despertar nuestras ganas de transformar el mundo. 


Enamórate una y otra vez de lo que haces, como un flechazo constante. 

Siente ese amor a primera vista por el trabajo y por el proceso creativo. Todos los días y sin parar.

 Una persona creativa  rompe con lo establecido y quiebra lo instaurado. ¡Anímate e inventa nuevos mundos y paradigmas. No lo pienses más y lidera el cambio!

Deberíamos celebrar los errores, porque son sinónimo de valentía, de haberlo intentado. 

Recuerda que no fallas cuando te equivocas, sino cuando no te equivocas porque no te has atrevido. La equivocación no es un fracaso, es una lección.

 Adapta el entorno a ti mismo, no te adaptes a lo que te rodea. No te conformes con el mundo en el que vives: ¡cámbialo, dale la vuelta! Olvídate de las convenciones, reglas e imposiciones. No te pongas límites.

 Si tienes una idea, ve a por ella. ¡Lánzate ya, ahora mismo! No esperes a que esté perfecta, porque nunca lo estará. Ponla en marcha y ya la irás desarrollando. Moldéala mientras trabajas, es el único modo de avanzar.

 Es más importante saber escuchar que saber hablar. Cuando tú escuchas, el otro habla. 

Revela historias, secretos, puntos de vista… información. Y la información es poder. 

Aprende a escuchar, te ayudará a aprender constantemente y a tener nuevas ideas.

Comparte tu idea, así crecerá, tomará forma y se hará realidad. Quien reciba tu idea la traducirá. 

Y esa interpretación te ayudará a saber si tu idea funciona, qué le falta, que podrías hacer para mejorarla, qué le aporta valor. 

Ser creativo implica ser valiente y compartir lo que uno hace. Y también estar atento a la reacción de quien escucha tu idea.

 Tendemos a automatizarlo todo y a darlo todo por hecho. Pero si repensáramos algunas de las cosas que nos rodean podrían ser mucho mejor. 

Pon el contador a cero e imagina de nuevo. Todo puede ser repensado y rediseñado. Párate a pensar, desdibuja y replantea, una y otra vez. Solo así conseguiremos mejorar las ideas y el mundo.

Vive en amplitud, compensando y complementando. Nutriéndote de lo que te gusta y de lo que no te gusta, de sensaciones positivas y negativas.

 Siente todo tipo de emociones. Vívelas. La memora emocional es mucho más potente que la racional. Todo lo vivido es material inédito para dar forma a tus proyectos.

 Ponle horas, muchas horas. Dedicación, esfuerzo y trabajo. Constantemente. Identifica cómo trabajas mejor y tus rutinas, y sácale provecho. Para ser creativo hay que ser muy trabajador. Ya lo decía Pablo Picasso: “Que la inspiración te pille trabajando”.

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