Según los holandeses aumenta la creatividad, mejora el estado de ánimo,
ayuda a ser más productivos sin hacer nada y a disfrutar de las pequeñas pausas
de la vida. En esto consiste el Niksen.
Niksen significa literalmente no hacer nada. Practicar el “arte del Niksen” consiste en disfrutar de las pequeñas pausas de la vida, una filosofía de vida fácil de introducir en el día a día y esencial para cuidarnos de nosotros mismos, como nos cuenta Annette Lavrijsen en “Niksen.
El arte
neerlandés de no hacer nada (Cúpula)”. Como cuenta esta autora, el niksen -el
poder de la pausa-, es la contradictoria respuesta neerlandesa a prácticamente
cualquier problema. Ir más despacio y vivir bien, algo que puede ayudarnos
mucho en la situación de pandemia en la que nos encontramos.
Con sus apenas 41.500 km2, Países Bajos es uno de los estados más
pequeños de Europa. Y continuamente aparece listado como uno de los más felices
del mundo. ¿Qué es lo que sus ciudadanos están haciendo bien y qué podemos
aprender de ellos? Como explica Lavrijsen en su libro, practicar el método
Niksen nos servirá para:
Romper esos mitos de que estás demasiado ocupado y de que no hacer nada
es una locura.
Encontrar nuevas formas de relajarte, ir más despacio y combatir el
estrés.
Comunicar honestamente tus límites y reajustar tus prioridades.
Crear tu propio santuario.
Encontrar el equilibrio entre el trabajo y tu vida personal.
Impulsar tu creatividad, tu estado de ánimo e incluso la productividad.
Establecer una familia feliz y mejorar tus relaciones de amistad.
¿De verdad es no hacer nada?
¿Aún no te queda claro que es el niksen? Imagina un mundo en el que
dejásemos de intentar optimizar cada minuto y, en lugar de ello, dedicásemos el
tiempo a aquello que verdaderamente lo merece. En resumen, que rechazásemos la
idea de querer hacerlo todo para, de vez en cuando, no hacer nada. Eso es el
niksen.
¿Perdida? ¿Estresada? ¿Abrumada? ¿Sientes que nunca llegarás al final de la lista de cosas por hacer?
Líbrate de las presiones externas y apacigua tu
caos interno aceptando el niksen como una forma de resistencia a la cultura del
estar siempre activo. Como recomienda Lavrijsen, úsalo para discriminar lo que
realmente te importa de aquello que, en realidad, no es tan relevante.
¿Es un nuevo enfoque del mindfulness?
Puede que te preguntes si el niksen es una corriente más dentro del mindfulness. La respuesta es: no exactamente.
Es posible que ya hayas probado el mindfulness antes, que hayas
tomado clases y armado un santuario en casa, con sus cojines, velas perfumadas
y listas de reproducción confeccionadas a base de mantras sosegados.
Pero, sinceramente, ¿cuánto has perseverado? No serías la primera
persona que abandona mucho antes de que la iluminación pueda siquiera intuirse.
Dominar el mindfulness requiere trabajo duro y perseverancia. El niksen,
sin embargo, es muchísimo menos complicado.
Esta disciplina no obliga a doblar las extremidades entumecidas hasta lograr una perfecta postura del loto o a entrenar la mente hasta que ésta deje de divagar.
De hecho, como apunta Lavrijsen, el niksen no obliga a nada salvo a que te permitas a ti mismo un momento durante el cual no hacer nada, sin ningún objetivo o propósito específico.
Y es aquí donde se vuelve especialmente
interesante. El niksen admite cualquier pasatiempo reconstituyente que ayude a
apartar del pensamiento las preocupaciones del día a día, no requiere de nada
en especial ni ocupa espacio mental, y es absolutamente inútil en lo que a
generar beneficios económicos, ponerse en forma o medrar socialmente se
refiere.
Sé que para el profano esto podría interpretarse como simple
holgazanería, incluso puede parecer algo antisocial”, dice Lavrijsen.
“Pero pensémoslo así: ya sea en lo relativo a la mejora de la creatividad y la autoestima, o a la conciencia de uno mismo y la reducción de la ansiedad, no hacer nada posee las mismas cualidades beneficiosas que el mindfulness, salvo que se obtienen con mucho menos esfuerzo”.
Como dice esta
autora, “cuando nos habituamos a tomarnos un momento para descansar, aumentan
las probabilidades de convertirnos en personas más felices, padres más
relajados, trabajadores más eficientes y mejores amigos”.
Por qué necesitas el niksen en tu vida
Puede que el niksen no sirva a un propósito concreto -no hará aumentar tu cuenta bancaria o tus redes sociales, ni mejorará tu figura-, pero, como dice Lavrijsen, “muchas investigaciones ya apuntan en sus resultados a mejoras en la productividad, la creatividad, la salud y la felicidad derivadas de no hacer nada”.
Como dice esta autora, todo esto es lo que puede aportarte practicar
el arte de no hacer nada:
Mayor energía. No se puede ser productivo si uno se siente mentalmente
vacío o agotado. Al tomar pequeños descansos para no hacer nada, se pueden
recargar el cuerpo y la mente.
Mejor salud. Los breves paréntesis evitan que nos quedemos sin energía o
concentración, reduciendo el riesgo de agotamiento y de sufrir otros problemas
de salud.
Más felicidad familiar. Con más energía, podrás dedicarte a la vida
hogareña y ser más atenta con la familia. Ten en cuenta que los hijos notan
cuándo estás estresado o ausente.
Un cerebro más sano. Al estar siempre ocupados, perdemos la capacidad de parar y sentarnos a reflexionar o a estar a solas con nuestros pensamientos. Investigaciones del instituto Donders, en los Países Bajos, sugieren que esa ocupación constante altera el cerebro hasta el punto de disminuir la capacidad de razonamiento, la atención y la memoria.
Un cerebro sano necesita descanso
con el que reparar todo el daño sufrido.
Mayor eficiencia. Al desarrollar la capacidad de concentración, las
tareas se realizan de forma más eficiente.
Mejor autoconciencia. Minimiza y descongestiona tu agenda de forma selectiva: no malgastes tiempo y energía en tareas que no tienen ningún valor. Asimismo, desarrolla una mejor comprensión de lo que es (realmente) importante para ti.
La posibilidad de una epifanía. Cuando apartamos la mente de las rutinas
diarias, podemos examinar los problemas y las dudas con mejor perspectiva y
mayor claridad. Al tiempo, adquirimos más recursos y somos más capaces de dar
con soluciones e ideas creativas.
Más tiempo para diseñar objetivos a largo plazo. Un estudio publicado en
2012 por la revista Consciousness and Cognition concluye que cuando dejamos que
nuestra mente divague, pensamos en el futuro y en objetivos a largo plazo
catorce veces más a menudo que cuando nos obligamos a centrarnos.
Mejor sueño. Si siempre estamos conectados, respondiendo de inmediato a e-mails y mensajes de texto, siempre alerta, resulta cada vez más difícil relajarse y acallar la mente a la hora de dormir.
Al añadir progresivamente
cada vez más descansos a lo largo del día, podemos reducir el estrés y mejorar
la calidad de nuestro sueño.
Cómo los neerlandeses han alcanzado el equilibrio vital.
En el primer capítulo del libro, la autora analiza la relación de los neerlandeses con el niksen y cómo tú también puedes lograr el increíble equilibrio entre vida y trabajo que han alcanzado ellos.
¿Crees que no tienes tiempo para no hacer nada? En los capítulos dos y tres sabrás por qué ninguna excusa es válida y cómo reajustar tus prioridades.
Durante los capítulos cuatro y cinco aprenderás a dominar la gestión del tiempo y crear un espacio en el que no hacer nada independientemente del entorno.
Finalmente, los capítulos seis y
siete están dedicados a un mejor entendimiento de cómo un estado mental niksen
y un equilibrio sano entre el trabajo y la vida pueden derivar en una vida
familiar más feliz y armoniosa, y cómo podemos implementar lo que ya hemos
aprendido.
“Personalmente, no puedo proporcionarte una guía paso a paso sobre cómo no hacer nada”, dice Lavrijsen, “eso es algo intuitivo y personal, requiere anteponer el propio bienestar a todo lo demás y luego cosechar los beneficios”.
Y ello, como subraya la autora, no tiene por qué ser algo difícil. Este libro te ayudará a desarrollar una nueva actitud a través de ejercicios de meditación, consejos sencillos y actividades de relajación con el fin de alcanzar un estilo de vida niksen.
Considéralo el primer paso hacia una mejora
sustancial de tu creatividad, tu atención y tus relaciones, con el objetivo de
hacer de ti una persona feliz al estilo neerlandés.
Manifiesto niksen
¿Quieres empezar a practicar ya el niksen? Sólo tienes que seguir su
manifiesto:
Voy a hacer del no hacer nada una prioridad, porque sé que eso me
volverá más productiva, más creativa y, sobre todo, alguien más sana y más
feliz.
Voy a permitirme no hacer nada, incluso aunque eso signifique no ser
productiva o parecer antisocial. Ignoraré a cualquiera -ya sea un amigo, un
compañero de trabajo o a mi crítico interior- que diga que no hacer nada es
sinónimo de pereza, inutilidad o egoísmo.
Sacaré algo de tiempo cada día para no hacer nada, poniendo límites
saludables que abran ventanas de tiempo y oportunidad tanto en mi agenda como
en mi mente, así como a través de una mejor gestión de mis horas.
Haré de esos momentos de nada en absoluto una parte integral de mi vida,
tanto profesional como privada, recibiendo de buen grado el potencial de cambio
del niksen.
Haré del no hacer nada un hábito para toda la vida, dedicando el tiempo
a la relajación activa y pasiva y a las actividades sin objetivo, lo que
permitirá que mi mente se suelte y divague.
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