Las emociones son un ámbito de investigación que, desde hace siglos, ha fascinado a los científicos.
Sin embargo, su complejidad ha hecho que a la vez sea difícil definirlas
y entender su funcionamiento, lo cual no ha evitado que muchos investigadores
se hayan propuesto progresar en esta línea de conocimiento.
La existencia de varias teorías de la emoción producidas a lo largo de
toda la historia de la psicología como ciencia da cuenta de esos esfuerzos.
Emociones: ¿qué son exactamente?
Las emociones ejercen una gran fuerza sobre nosotros e influyen en nuestro pensamiento y nuestra conducta, por eso tienen un gran peso en el estudio de la psicología.
En los últimos años, han surgido distintas teorías
que intentan explicar el cómo y el porqué de las emociones humanas y, además,
en el mundo de la psicología, la inteligencia emocional ha ido ganando terreno
por sus beneficios en el bienestar de las personas y el desarrollo emocional.
Conceptos como validación emocional, autocontrol emocional o gestión
emocional, nos resultan cada vez más familiares, y tanto en el mundo
organizacional como en el deporte, la correcta gestión emocional está
íntimamente relacionado con el rendimiento.
Ahora bien... ¿cómo podemos entender lo que es una emoción? Las emociones se suelen definir como un complejo estado afectivo, una reacción subjetiva que ocurre como resultado de cambios fisiológicos o psicológicos que influyen sobre el pensamiento y la conducta.
En psicología, están asociadas a
distintos fenómenos, incluidos el temperamento, la personalidad, el humor o la
motivación.
Según David G. Meyers, un psicólogo experto en emociones, las emociones
humanas implican “arousal fisiológico, comportamiento expresivo y experiencia
consciente”.
Teorías de la Emoción
Las teorías más importantes de la emoción se pueden agrupar en tres
categorías: fisiológicas, neurológicas y cognitivas.
Las teorías fisiológicas sugieren que las respuestas intracorporales son las responsables de las emociones.
Las teorías neurológicas proponen que la actividad en el cerebro llevan a respuestas emocionales.
Y, finalmente, las
teorías cognitivas argumentan que los pensamientos y otras actividades mentales
juegan un papel esencial en la formación de las emociones.
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