Solemos pensar en el amor de pareja como un vínculo basado en el apoyo,
la comprensión y el acompañamiento. Pero a veces, cuando el amor se vuelve
borroso en los límites del apego negativo, la definición es completamente
distinta.
En palabras del psicólogo Steven Stosny, lo que ocurre con el apego
negativo es que transforma las cualidades del amor haciendo que ganen un matiz
extremista. El apoyo se convierte en obsesión, la comprensión ahora se llama condescendencia
y el acompañamiento es lo mismo que depender del ser amado.
Para vivir una relación sana, pacífica y enriquecedora, ambos integrantes de la pareja deben entender que el propósito de amar es convivir y compartir, y no asumir el rol de “extremidad” u “órgano”. Puede sonar exagerado, pero el apego negativo hace que muchos perdamos la noción de la realidad y terminemos viviendo “a través de alguien más”.
Evitar caer en este error es posible si sabemos reconocer la diferencia entre convivir y depender.
Aprendiendo a distinguir entre
convivencia y dependencia.
El apego positivo es una motivación reconfortante para compartir experiencias y emociones. En contraposición, cuando desarrollamos un modelo de apego negativo experimentamos un temor constante al abandono.
El ego necesita
ser alimentado en estas condiciones, necesita sentir que tiene el control, y
por eso es tan fácil caer en conductas destructivas como:
La manipulación
El chantaje emocional
La evasión de responsabilidades
La opresión y la obsesión
Los patrones de pensamiento egoico nos llevan a depender del ser amado,
a existir por el otro y no con el otro. Pero, ¿cómo darnos cuenta de que hemos
sido atrapados por la sombra del Ego?
Así es como se diferencia la convivencia de la dependencia:
Convivir es…
Sentirse seguro en pareja, manteniendo a raya los celos y la angustia en
momentos de separación física.
Actuar a diario desde sentimientos positivos como la compasión, el amor
y la confianza.
Permitirse ser empoderado por el otro, y ayudarle también en el proceso
de empoderarse.
Estar abierto a la cooperación en los momentos difíciles, y al perdón
cuando se cometen errores.
Depender es…
Sentirse inseguro constantemente, en especial cuando la pareja no está
en el mismo espacio físico.
Actuar desde la desconfianza, la sobreexigencia y la ansiedad.
Intentar dominar al otro todo el tiempo.
¿Cómo pasar de la dependencia a una dinámica en pareja saludable?
En su libro Toxic Relationships: 7 Alarming Signs That You Are In A Tox
Relationship, Celia John presenta algunas recomendaciones que pueden
extrapolarse a las relaciones donde existe dependencia emocional. Aplicar estos
consejos te ayudará a comenzar a percibirte como un “individuo de carne y
hueso”, con una vida, derechos y necesidades al margen de tu relación de
pareja.
Pon límites.
No hagas que conductas negativas como el chantaje y la
manipulación se vuelvan normales para ti, o pronto los problemas se habrán
acumulado a tal punto que el proceso de recuperación será muy largo. Una pareja
manipuladora tarde o temprano marcará tu vida, y no precisamente por los buenos
recuerdos.
Practica el mindfulness emocional.
Siempre que vayas a tomar una decisión o a dar una respuesta, sé
consciente primero de lo que estás sintiendo. ¿Dirás que sí porque tienes
miedo? ¿Dirás que no porque estás enojado? Un ejercicio tan simple evitará que
cometas errores que podrían afectar tu vida a largo plazo.
Date más importancia.
Eres valioso e importante simplemente porque no
hay nadie más en la Tierra igual a ti. Creerlo fortalecerá tu autoconfianza
para no necesitar de la aprobación de los demás, y cuando no necesitas de
nadie, puedes vivir el amor desde una perspectiva más sana.
Por último, si es a ti a quien le cuesta superar conductas destructivas
en pareja, como los celos y la obsesión, puede hacerte mucho bien buscar la ayuda
de un profesional. Tu vida va a mejorar sustancialmente cuando el ego deje de
tener el control. ¡Hay muchas razones para dar el paso!
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