¿CÓMO EVOLUCIONA NUESTRO CONCEPTO DE FELICIDAD A MEDIDA QUE CUMPLIMOS AÑOS?



 

 

En general, la sensación de bienestar en los humanos va disminuyendo desde la juventud hasta llegar a la crisis de la mediana edad y después vuelve a crecer.


Pasamos nuestra vida en busca de la felicidad, que es el baremo que utilizamos para determinar si nuestra existencia es satisfactoria o no. 


Pero, ¿usamos siempre la misma vara de medir? ¿Cambia nuestro concepto de felicidad a medida que vamos cumpliendo años? ¿Es cambiante nuestro criterio a la hora de evaluar si somos felices o infelices? ¿Podemos vivir felices ahora y sin que nada externo cambie pasar a ser infelices? 


Se ha escrito y reflexionado mucho sobre el concepto de la felicidad y hay algunas conclusiones sobre las que hay bastante consenso.

 

El gráfico de la felicidad a lo largo del tiempo, al contrario de lo que muchos piensan, empieza en alto en la infancia, pero desciende gradualmente de forma sostenida para tocar fondo en la década de los cuarenta e ir subiendo de nuevo a medida que vamos envejeciendo. 


En definitiva, un gráfico en forma de U que parece que es común en la mayoría de los países desarrollados y en vías de desarrollo.


Igual que los simios


Los problemas de la mediana edad


El principal interrogante estriba en saber cuáles son los mecanismos que hay detrás de esta línea temporal. Un estudio que ha aportado algo de luz es el realizado por la Universidad de Warwick, en el Reino Unido, que demostró que el patrón temporal de los humanos es idéntico al de los simios. 


Para ello se estudió el comportamiento de más de medio millar de grandes primates y se pudo comprobar que siguen una evolución en forma de U y son menos felices durante la mediana edad.


La explicación de esta trayectoria común a monos y humanos tiene varias derivadas. Por una parte, los científicos descartaron que los factores socioeconómicos sean determinantes en la consecución de la felicidad. 


Por otro lado, se observa una mayor longevidad de los más felices, que suelen vivir más. Los pesimistas mueren antes, quizás porque viven más estresados. Por tanto, los ancianos tienden a ser más felices, como muestra la U del citado gráfico.

 

Otra línea seguida por los científicos, guiados por la similitud entre monos y personas es la de estudiar si se producen cambios cerebrales a medida que vamos cumpliendo años. 


La estructura cerebral de humanos y simios es parecida. Ahí reside la clave para explicar esta trayectoria en forma de U, ya que el cerebro va madurando a lo largo de los primeros años de vida hasta aproximadamente los 45 años y a partir de ese momento empieza el deterioro gradual.


 Este desarrollo podría explicar la existencia de la famosa U.

 

Divulgadores científicos

Los tres tipos de felicidad

Hay, además, que tener en cuenta los diferentes tipos de felicidad. El científico y divulgador Valentín Fuster explica que existen tres tipos de felicidad. 


El bienestar experiencial es aquel que experimentamos a corto plazo y refleja el estado de ánimo día a día. Es el tipo de felicidad que sentimos cuando estamos alegres y contentos. 


Un segundo tipo de bienestar, más profundo, es el que está relacionado con la propia evaluación que hacemos de nuestra felicidad. Este estado es más estable porque nuestra percepción no cambia a diario.

 

Por último tenemos el bienestar eudemónico que es aquel que está vinculado al sentido de la vida y es el más pleno. 


Quienes alcanzan la felicidad eudemónica son personas que han encontrado su lugar en el mundo y que han logrado saber cuál es su misión en esta vida y disfrutan mientras la realizan.


Comentarios