EL RESENTIMIENTO EN LA PAREJA



El resentimiento es sentir una y otra vez el enojo y dolor que vivimos en el pasado ocasionado por una persona o situación.


 Dichas sensaciones provocan un daño severo en nuestras vidas y a las personas que están a nuestro alrededor. 


El rencor y el resentimiento son los enemigos más potentes de una relación satisfactoria, de una vida tranquila e incluso de una buena salud. Si sientes que el daño que te han hecho es tan grande que no puedes olvidarlo, no puedes dejarlo atrás y no puedes ni soñar con perdonar, has caído en las garras del resentimiento y no te va a ser nada fácil escapar.


 A la vez, el resentimiento te ancla al pasado y no te deja avanzar. Es como un laberinto del que cuesta salir pero no es imposible.


El resentimiento es un enojo no expresado que la persona reprime durante años y lo lleva a un proceso progresivo de deterioro psicológico que termina afectando todas sus relaciones y vínculos.


¿A DÓNDE TE LLEVA EL RENCOR?

El rencor y el resentimiento no te llevan por buen camino. Fíjate que consiguen que: te sientas herido o herida en lo más profundo de tu ego tengas ganas de atacar y de vengarte para causar el mismo daño que te han hecho pierdas la confianza y te pongas a la defensiva para defenderte de futuros ataques.


Solo los muy valientes son capaces de dejar de mirar hacia fuera, de culpar al otro o a la otra de todas sus penas y a buscar la propia parte de responsabilidad en la situación que están viviendo.


 Una parte de la rabia va dirigida hacia fuera pero hay otra parte que va dirigida hacia adentro y ese enfado contigo mismo también debes sacarlo a la luz.


Algunos autores han escrito sobre el resentimiento y su impacto en la vida de las personas. 


Según el conferencista internacional Osvaldo Cuadro Moreno,con estudios en Antropología Filosófica y Psicológica, el resentimiento nos hace dependientes de la persona que nos lastimó y nos impide avanzar o crecer en la vida.   

 

Por su parte, la escritora Lourdes Morales-Gudmundsson, profesora de la Universidad La Sierra en California, manifiesta en su libro “Te perdono, pero...” que el resentimiento es una especie relato atorado donde la persona que lo cuenta una y otra vez aparece como víctima.

 

Por otro lado, la escritora Catherine Ponder señala que cuando se mantiene resentimiento hacia otra persona, uno mismo se amarrado a ese individuo o a esa situación, por un vínculo emocional verdaderamente fuerte que solo puede ser disuelto por el perdón sincero.

 

Hasta donde hemos podido observar, el resentimiento solo sirve para envenenar a quien lo cosecha. Este sentimiento negativo va produciendo un deterioro paulatino no solo en la persona a nivel psicológico, sino también nivel interpersonal. 


Esto sin duda ocurre en muchas parejas que ven inundadas sus vidas de sentimientos que muchas veces no expresan, no verbalizan y simplemente acumulan provocando una gama impredecible de negatividad dentro de su relación.

 

Cuántas veces hemos visto que una mujer se separada de su marido, pero no lo deja libre, pues su venganza consiste en poner trabas una y otra vez para no conceder el divorcio.

 O quizás, el hombre que dice haber perdonado la infidelidad de su esposa ocurrida hace años, pero que constantemente hace comentarios sarcásticos e irónicos que evidencian su amargura y rencor.

 

El resentimiento y la falta de perdón inmovilizan y no permiten crecer a la persona.


 Superar el resentimiento debe ser una acción realizada por el bien de quien ha sido ofendido. 


Esto no implica reconciliación, pero al menos libera de las consecuencias negativas que significa revivir una y otra vez los sentimientos amargos que a la larga corroen todo lo bueno de nuestras vidas.

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