SOBRE LAS CRISIS DE INDENTIDAD



Crisis significa ruptura, cambio, mutación del desarrollo de un proceso, que puede ser físico, psíquico, espiritual o histórico; marca el fin de lo viejo y el principio de algo nuevo.

Las crisis personales son dolorosas pero es la posibilidad que nos brinda la vida para crecer.

Hoy en día, debido a los vertiginosos cambios que se suceden en la sociedad, el problema de la identidad es una preocupación para muchos.

La identidad es la capacidad de sentirse uno mismo a pesar de los sucesivos cambios y poder mantenerse estable en situaciones difíciles.

Los cambios son necesarios porque si no hay cambios no hay crecimiento ni desarrollo personal.

Todo cambio implica dudas y compromiso y la necesidad de afrontar consecuencias; y esta situación provoca dudas y ansiedad.

En un mundo donde prevalece la confusión y donde los medios de comunicación avasallan con un gran caudal de información, a veces contradictoria, que no se puede asimilar ni sintetizar, se produce la alienación de la identidad que impulsa a adherirse a ideologías de otros para sentirse más seguro y poder huir del caos.

La identidad es una experiencia constante de autoconocimiento constante a través de las circunstancias de la vida.

Las crisis de identidad surgen cuando nos hacemos reiteradamente preguntas transcendentales sobre nuestra vida.

Son momentos en los cuales el ser humano se analiza a si mismo.

Se trata de una tarea personal a la vez que social.

Personal porque atañe a la persona darse una respuesta que considera válida, y social porque el ser humano es un ser social por naturaleza y no se construye a sí mismo en el aislamiento.

Para el ser humano resulta difícil una vida situada en un presente sinsentido.

De alguna manera, darse una respuesta sobre quién soy, cómo soy y a qué pertenezco, permite establecer un hilo significativo entre el pasado (personal, familiar y comunitario),el presente y el futuro.

Tener una identidad y sentir que es reconocida por los otros nos da orden interno y neutraliza el miedo que despierta la sensación de caos e incertidumbre.

El hecho de seguir sintiéndose el mismo a pesar de los cambios, es la base emocional de la experiencia de identidad, que significa mantenerse estable a través de distintas circunstancias y de las sucesivas transformaciones que se producen en la vida.

Todo ello conlleva un cambio.

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