CÓMO ENTRENAR LA MENTE PARA GESTIONAR LA ANSIEDAD




El cerebro puede ser domado igual que el cuerpo. Existen ejercicios para adquirir confianza y controlar el estrés y las emociones


Las grandes victorias son psicológicas. Eso lo sabe bien Rafa Nadal, muchas veces destrozado físicamente en la cancha de la que salió campeón gracias a su formidable cabeza.

 Muy pocos nacen con cualidades físicas o mentales extraordinarias, pero, con un buen entrenamiento, casi todos podemos ser excelentes en nuestras cualidades; sin él, ni el más virtuoso destaca.

Uno de los mejores escultores de cerebros es el autor del libro El entrenador mental, Juan Carlos Álvarez Campillo, psicólogo experto en liderazgo y coaching de los mejores deportistas y altos ejecutivos en España. 

Con ellos trabaja tres elementos esenciales: la confianza en sí mismos, el control del estrés y la gestión de las emociones para conseguir sus objetivos.

Los ejercicios para entrenar estos poderes son simples, pero, como en todo entrenamiento, hay que empezar desde abajo, sin forzar y a diario. 

“Todo se aprende. La mente se entrena igual que el cuerpo, y hay ejercicios para eso como los hay para tirar penaltis”, explica Campillo. Para conseguir un objetivo, hay que recordar logros alcanzados en el pasado, fijarse en los retos superados a lo largo de la vida. 

Eso refuerza un pensamiento esencial: “Yo soy bueno. Yo lo puedo hacer”. Así se fija la confianza en uno mismo. Después hay que entrenarla con pequeñas metas a corto plazo, cosas de muy poca dificultad que no admitan excusas y vayan creando un hábito. 

Gracias a la plasticidad de nuestro cerebro, así se generan conexiones neuronales que refuerzan la idea de que uno es capaz.

Es importante aislar las ideas que destruyen ese trabajo: no me va a salir, no me da tiempo… 

“Tenemos un saboteador interno que, en cuanto te descuidas, empieza a minarte la confianza”, advierte Campillo, “y hay que desactivarlo sin intentar evitar el pensamiento, porque eso es imposible. 

Hay que trabajar sobre él y convencerte de que ese no eres tú en tu mejor estado, que otras veces has demostrado que sí puedes.

 Volver a ti, a lo que realmente eres, sin hacer caso a esas ideas o a las opiniones de otros. Centrarte en tu objetivo, fijarte en tus logros alcanzados y confiar en tu trabajo y en tu talento. 

Porque esos pensamientos generan muchísimo estrés, y neutralizarlos fortalece la confianza y mantiene a raya esa tensión”.

La gestión de la presión, de la ansiedad, se logra a base de ejercicios de respiración, concentración y relajación.

La gestión de la presión, de la ansiedad, es otro múscu­lo esencial. Esta capacidad se gana a base de ejercicios de respiración, concentración y relajación. 

La atención plena, estar concentrado en la pelota y no en la grada, pensar en el aquí y ahora, y no en las circunstancias que los rodean. El estrés es la respuesta del organismo a la anticipación del futuro imaginado como amenazante. 

Por eso es importante centrarse en el presente y visualizar solo los futuros logros, nunca los errores, experimentando cómo se sentiría uno en ese momento de éxito.

El aquí y ahora implica gestionar un factor importante en psicología: detectar qué se puede y qué no se puede controlar, y centrarse en trabajar lo primero. 

“Nadie puede controlar el resultado de un partido, pero sí el llegar descansado, bien alimentado, en forma, con buenas relaciones con los compañeros y con su pareja, y confiando en su talento”, detalla Campillo.

Comer bien, descansar, mantener afectos satisfactorios… Eso hay que trabajarlo cada día igual que los bíceps, a base de hábito.

 Pero no se puede mantener esa disciplina sin el gran motor: la motivación. “Hay que visualizar, para poder sentirlo, cómo sería lograr algo que te haga vibrar, que te haga feliz, y una vez que conectas con eso imaginándote ahí, ya tienes la motivación. 

A partir de ese momento, hay que planificar los pasos para, poco a poco, llegar allí”, aconseja el coach.

“Si esa meta se va a alcanzar o no, nadie lo sabe. Pero es seguro que con este entrenamiento se va a llegar a lo máximo que cada uno puede dar”, garantiza Campillo. 

Al final se trata de eso, de vivir con retos e ilusiones, de remar a nuestro favor y ganar el trofeo de ser la mejor versión de uno mismo. 

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