SOLEDAD EN LA TERCERA EDAD COMO AFRONTARLA




La soledad en la vejez es un sentimiento que se adopta durante esta etapa de la vida, aunque no suele ser una decisión voluntaria.

 Existen circunstancias que desencadenan sentimientos de abandono, como la pérdida de un ser querido, el fin de la vida laboral, el alejamiento de familiares y amigos, o la eliminación de actividades de recreo.

Cambios de conducta

Los sentimientos de abandono generan cambios en nuestras actitudes conforme vamos envejeciendo. Nos puede invadir la tristeza, la amargura, la resignación y la apatía.

 Estas actitudes ocasionan una merma en nuestra calidad de vida, puesto que al sentirnos solos comenzamos a descuidar nuestra salud, disminuimos la actividad física, nos volvemos menos propensos a establecer conexiones sociales y nos encerramos en nosotros mismos. 

De esta forma caemos en depresión, lo cual afectará nuestro bienestar. Por lo tanto, se hace indispensable atender las necesidades emocionales de las personas mayores y dependientes. 

¿Cómo lograrlo?

 Los ancianos precisan satisfacer necesidades de estima y reconocimiento. El aislamiento es nocivo para su estado de ánimo. Por ello son necesarias una serie de actividades dirigidas a disipar la sensación de desamparo.

El doctor en Psicología, Juan Moisés de la Serna, nos explica los beneficios que tiene para las personas mayores gozar de la compañía de los demás. Dedicarles unos minutos a la semana no nos supone un gran esfuerzo y así les ayudaremos a prevenir los achaques de la edad.

Seguro que conoce algún mayor que por un motivo u otro quiere estar solo, ya sea porque ya no le quedan seres queridos viviendo cerca, o porque son celosos de su intimidad.

 Pero el resto, la mayoría de las personas mayores, quieren y necesitan estar con sus semejantes, ya sean estos de su misma edad o no. Los seres humanos, por definición, somos seres sociales, nacemos, crecemos y nos desarrollamos en sociedad, y cuando llegamos a ancianos,... a veces la sociedad les da la espalda.


Es cierto que una persona mayor no puede ser tan dinámica como los jóvenes, e incluso que puede sufrir algún tipo de achaque físico o en sus habilidades cognitivas, pero no es excusa para no poderles dedicar algún tiempo a la semana.

Es cierto que siempre tenemos muchas actividades que realizar, pero sacar diez minutos a la semana no cuesta tanto y hace mucho bien al anciano.

La prevención de la soledad sirve para paliar muchos de los achaques que aparecen a edades avanzadas.

 Esto no es la cura de la vejez, ni la fuente de la juventud, pero sí es la forma en que se previene los efectos de la soledad, los cuales suelen ir acompañados de baja autoestima y sentimientos depresivos. 

Y todo ello se puede prevenir atendiendo a nuestros mayores, escuchándoles o simplemente compartiendo tiempo con ellos.
 
Hábitos que contribuyen al bienestar emocional.

No olvidemos que existen actividades que ayudan a combatir el aislamiento. 

Salir a pasear diariamente, ir al cine una vez por semana, establecer conversaciones con los vecinos, cuidar de una mascota, asistir a la iglesia, rodearse de personas jóvenes, leer, escuchar música, hacer gimnasia de mantenimiento o participar en bailes de salón son solo algunas de las recomendaciones.

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