ENTENDIENDO EL MIEDO



El miedo nace de la duda y de lo desconocido.


 Cuando tenemos dudas sobre cómo va a resultar algo, se abre la puerta al miedo.


 Cuando dudamos de nosotros mismos, nos asusta tomar una decisión equivocada o cometer un error. 


Si dudamos de nuestras capacidades, nos da miedo fracasar en una competencia o en una prueba. Cuando dudamos de que un resultado salga bien, tememos a las consecuencias. Si dudamos de la existencia de un poder controlador, vivimos con el temor de que ocurran casualidades y accidentes.

 

La falsedad también lleva al miedo. Si decimos una mentira, vivimos con miedo de ser atrapados.


 Debemos crear una intrincada red de mentiras para cubrir la primera. El número de mentiras se vuelve tan grande que es difícil rastrear lo que le dijimos a alguien y cuándo lo dijimos. 


En lugar de poner fin a la situación diciendo la verdad, pasamos semanas, meses e incluso años trenzando hilos para cubrir la mentira inicial. 


El miedo se apodera de nosotros cada vez que alguien está cerca de conocer la verdad, porque entonces estaremos expuestos y tendremos que pagar las consecuencias de la acción que tratábamos de ocultar.

 

Tememos ser débiles.  Podemos sentirnos débiles e impotentes para defender las injusticias en el trabajo porque los que tienen el poder pueden tomar represalias y castigarnos por hacerlo.

 

Si examinamos nuestras vidas, encontramos que tenemos miedo de muchas cosas. Como niños, tememos y nos preocupamos por el tiempo que nuestros padres van a estar allí para apoyarnos. Como estudiantes, vivimos con el temor de fallar en nuestros exámenes.


  Detrás de todos estos miedos está el miedo que se siente en el fondo de cada uno de nosotros, que es el miedo a lo desconocido.

 

Tenemos más miedo a nuestros pensamientos de lo que está ahí fuera que de lo que realmente hay ahí fuera. 


  La gente le teme a lo desconocido porque puede ser desagradable o doloroso. Como no saben qué esperar, la ansiedad y el miedo se acumulan en su interior. 


 El miedo a lo desconocido corre como un hilo continuo en el fondo de nuestras mentes durante toda la vida.


Estar en conexión con la verdad absoluta significa que no hay miedo. Así que, no hay miedo en el alma.



Cómo desarrollar la valentía

En medicina, desensibilizar a alguien es darle una pequeña dosis de la sustancia a la que es alérgico. 


Al aprender a tolerar dosis pequeñas, el cuerpo desarrolla resistencia y puede manejar dosis mayores de la sustancia irritante. 


Si comenzamos a practicar la valentía en situaciones pequeñas, podemos crecer en nuestra habilidad para manejar retos cada vez mayores. Para practicar la valentía, debemos entrar en contacto con nuestra alma empoderada.


La oportunidad como puerta a la creatividad

Cada oportunidad es la ocasión de demostrar nuestra creatividad, nuestro ingenio para revertir las situaciones no tan favorables y convertirlas en situaciones que nos hagan mejores.

 

Sabemos que siempre existirán situaciones, lugares o hechos que son desagradables y que no podremos cambiar, pero esto no debe paralizarnos. Si no podemos cambiar una situación tenemos que aprovecharla para crecer.

 

Nunca debemos darnos por vencidos frente a los desafíos, debemos buscar las herramientas que nos permitan afrontarlos y en esta búsqueda nos daremos cuenta de todo lo que hemos aprendido y crecido.

 

La vida es un campo de infinitas posibilidades, depende de nosotros usarlas a nuestro favor y ser siempre esas personas que frente a los desafíos crecen aprenden y evolucionan. Todo hecho en la vida conlleva a un aprendizaje y lo que aprendemos a lo largo de nuestra existencia, es lo que al reflejaremos en los demás.


Vivir en la verdad nos libera del miedo. No existe el temor de tener que dar cuenta de alguna falsedad, ni tememos ser descubiertos.



Comentarios