Se alimenta de la conexión afectiva que surge y si se infiltra puede
actuar como un cáncer
Hay claves para reconocer al chantajista y cómo enfrentarlo.
Y por el otro: ”mi pareja me adora, por eso quiere que estemos las 24 horas juntos” o “algo habré hecho mal”… Si eso sucede, piensa que estás frente a un chantaje emocional y esa es una actitud que no debería tener cabida en la relación de pareja.
El problema es cómo reconocerlo. Y, sobre todo, cómo abordarlo si ocurre. Te damos unas pistas para que endereces la situación.
Darse cuenta de que estamos viviendo una dinámica de este tipo no es fácil debido a que a veces es muy sutil, podemos incluso acceder a dichos chantajes sin ser conscientes de ello, apunta Luis Gómez Olmeda, psicólogo en TherapyChat, plataforma de psicología online española.
Son los castigadores (“si te divorcias de mí, no volverás a ver a los niños”), los autocastigadores (“si te vas, mi vida no tiene sentido, me mataré”), los sufrientes (“¿Qué te pasa? Nada, tú sabrás) y los atormentadores (“pensé que la familia estaría ahí para apoyarse”).
Al estar en una relación de pareja, podríamos suponer que tenemos una conexión afectiva y emocional profunda.
Sería ideal que estuvieran presentes la confianza, el respeto, la intimidad o sentir a la pareja como un espacio seguro, comenta Gómez. Pero, paradójicamente, es esta conexión profunda sobre la que se alimenta y se asienta el chantaje emocional en la relación de pareja”, puntualiza el psicólogo.
“Jugar con la culpabilidad, los sentimientos y nuestras emociones es la clave para que el chantaje surta efecto. Se aprovecha del propio vínculo sentimental para ganar fuerza”, dice el experto de TherapyChat.
Ahora bien, ¿qué hace que el o la chantajista se comporte de esta manera? Xenia García señala que no hay consecuencias directas e identifica factores causales como el aprendizaje vicario, falta de límites y una falta de acompañamiento en necesidades básicas como pedir o ponerse en el lugar del otro (apego inseguro).
El chantaje emocional se aprovecha del miedo y la culpa y podemos
detectarlo si conocemos cuáles son algunas de estas formas de chantaje. Desde
TherapyChat nos dan algunas pautas:
Victimizar. Hacernos pensar que por hacer algo afectamos a la otra persona de forma negativa, puede hacer que accedamos a sus deseos. “Si no vienes hoy tú, mañana yo tampoco”
La ley del silencio. “Si no me habla, algo habré hecho”. Muchas veces el castigo puede ser evitarnos o no dirigirnos la palabra hasta conseguir lo que se pretende.
Apelar constantemente al estado de la relación. Consiste en analizar nuestros actos, pensamientos y deseos con el fin de hacernos sentir culpables porque “no hacemos lo suficiente” por la pareja.
Promesas de cambio: cuando nos encontramos en una dinámica de violencia, es común que la persona que la ejerce apele a que va a cambiar su forma de proceder con el fin de que la pareja permanezca en la relación. “Si me quieres confía en mí, cambiaré”.
Claves para frenarlo ¿Es posible?
En el caso de que lo estemos sufriendo:
“Por eso es importante que prioricemos nuestras necesidades al mismo nivel que las de los demás, no cedamos exclusivamente por el otro, sólo si podemos y queremos”, puntualiza Xenia García.
Gestionar nuestro estado emocional puede hacer que tomemos decisiones con mayor distanciamiento.
¿Cómo me hace sentir esto? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Es lo que quiero? ¿Me siento presionada/o? Hacernos estas preguntas nos dará pistas, dice Gómez.
Entender no es ceder, pedir perdón o justificarme continuamente. No tengo por qué tomar decisiones que no quiero tomar o acciones que no quiero hacer.
Que entendamos un punto de vista y empaticemos no quiere decir que tengamos que actuar en base a ello.
Mantén una comunicación asertiva. La persona debe empezar a tener en cuenta sus pensamientos y emociones para autoafirmarse que él/ella también es importante.
Una pareja es cuidado mutuo, no solo de una de las partes invalidando a la otra, recuerda Gómez.
Gestionar conflictos también pasa por preguntar. A veces mediante preguntas podemos hacer ver a la otra persona que hay alternativas a sus comportamientos creando un espacio seguro para ambos, indican desde TherapyChat.
Pide ayuda profesional si sientes que la necesitas. Apóyate de personas que te hagan sentir bien y sean un espacio seguro para ti
Si soy la persona que utiliza el chantaje:
Hazte preguntas. ¿Cómo me hace sentir esto? ¿Por qué lo hago? ¿Para qué?
¿Cómo podría sentirse la otra persona?
Recuerda que la comunicación y la gestión emocional también se aprenden. Pedir ayuda profesional puede ayudarte a construir relaciones contigo y con las demás personas desde otro punto.
Gracias
ResponderEliminarA ti Esperanza
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