La glándula pineal es del tamaño de un guisante y se encuentra detrás
del hipotálamo.
A pesar que actualmente sabemos mucho más de la glándula pineal, históricamente ya aparece en numerosas imágenes sumerias y babilónicas ,en el dios griego Dionisio, en el romano Baco, o en el pelo cónico de Buda y Shiva.
Curiosamente
también sorprende la semejanza de esta glándula con un símbolo egipcio, “el ojo
de Horus”, un talismán al que se le atribuían poderes de protección, salud y
para ayudar a los difuntos en su viaje a la otra vida.
Es fascinante que culturas milenarias denominasen a esta glándula como
“el tercer ojo”, y la considerasen punto de conexión con el plano espiritual y
asiento de la intuición y la clarividencia.
También es conocida como la hormona de la juventud porque elimina los radicales libres de nuestras células, es decir, es un antioxidante natural que retrasa el envejecimiento, además de su gran poder inmunológico frente a la mayoría de las enfermedades.
Para qué activar la glándula pineal
"Es el regulador del regulador, ya que todos los ciclos de nuestro
cuerpo están controlados por la glándula pineal: ciclo menstrual, ciclo de
desarrollo sexual, ciclo de sueño y vigilia, entre otros.
La glándula pineal o epífisis es un agente cronobiótico. Esto quiere decir que sincroniza nuestro reloj interno con el ciclo luz-oscuridad.
Ante la
ausencia de luz, este pequeño órgano cerebral de solo 120 miligramos produce la
hormona que nos conduce al mundo de los sueños: la melatonina.
La retina registra la información lumínica, que llega al núcleo
supraquiasmático (SPQ) del hipotálamo .
Cuando nuestro reloj interno se desincroniza de los ritmos del medio
ambiente, se desencadena un conflicto.
Más adelante en el transcurso de la historia, el filósofo francés René
Descartes definió a la glándula pineal como el “asiento del alma” o el lugar
donde se aloja la consciencia.
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